Las redes sociales se han convertido en una especie de vitrina para muchos usuarios. Desde ese escaparate virtual más de uno cae en la tentación de exponer los detalles —sobre todo los más glamurosos o aparentemente sobresalientes— de su día a día.
Una tendencia que, como tu feed seguramente te lo ha mostrado en varias ocasiones, no excluye a las relaciones sentimentales: es común toparse con esas selfies cariñosas, fotos de escapadas o historias de cenas románticas, que muestran a los seguidores lo bien que van las cosas.
Pero no todo es como lo pintan tus familiares, amigos o conocidos en sus cuentas de Facebook o Instagram. Una investigación de las universidades de Northwestern, Winsconsin, Haverford y Toronto, demuestra que las parejas que lo comparten todo en redes sociales no son precisamente a las que mejor les va.
Tras estudiar a un total de 100, se concluyó que son las más inseguras o infelices las que tienden hacer más visibles sus relaciones a través de Facebook; mientras que las relaciones sólidas, por lo regular, no tienden a publicar su vida amorosa en Internet.
Ademas, las más felices, por lo general, prefieren de la privacidad: no les resulta necesario publicar todos sus momentos y experiencias. Se caracterizan por estar satisfechas y conformes, por lo que no desean exponer su intimidad.
Para los autores del estudio es cuestión de que se sigan ciertas normas de convivencia entre dos para disfrutar en un mundo donde la tecnología no invada lo más íntimo de las relaciones.