Julian Assange ha sido condenado por una jueza británico a 50 semanas de cárcel por violar la libertad condicional cuando pidió asilo en la embajada ecuatoriana en Londres el 19 de junio del 2012. El fundador de WikiLeaks, detenido el pasado 11 de abril tras casi cinco años de cautiverio, cumplirá previsiblemente su condena en la prisión de Belmarsh, al sur de Londres.
Assange entró en los juzgados de Southwark -afeitado y visiblemente rejuvenecido- con el puño en alto, ante un grupo de seguidores que reclamaron su puesta en libertad. La defensa ha pedido una mitigación de la sentencia por el tiempo cumplido en prisión preventiva, durante el proceso de extradición a Suecia, y por su la restricción de su libertad mientras duró su encierro en la embajada ecuatoriana.
En el momento de dictar sentencia, la jueza Deborah Taylorha acusado a Assange de un «intento deliberado de evadir la justicia». «Usted aprovechó su posición de privilegio para situarse por encima de la ley y expresar internacionalmente su desdén hacia la justicia de este país», ha dicho la magistrada.
El abogado defensor, Mark Summers, ha leído un comunicado en el que Assange aseguraba «haber luchado en terribles circunstancias», con las esperanzas de «una resolución legal entre los Gobiernos de Ecuador y Suecia que hubiera evitado mis peores miedos» (en referencia implícita a la extradición a Estados Unidos).
La acusación ha asegurado por su parte que Assange merecía «la máxima sentencia» por su «comportamiento narcisista que persigue a toda costa su propio interés».
Assange deberá comparecer el jueves ante otro tribunal en Westminster en la primera vista judicial por el proceso de extradición a Estados Unidos. El Departamento de Justicia le reclama por un delito de «intrusión informática» que puede costarle hasta cinco años de cárcel, aunque podría presentar nuevos cargos y endurecer su condena.
Por otra parte, la fiscalía sueca podría reabrir el caso de la doble acusación por violación y abusos sexuales que provocó la detención inicial de Assange cuando se encontraba en Reino Unido. El caso fue archivado en el 2018, pero las dos denunciantes han reiterado su deseo de declarar contra el fundador de WikiLeaks y llegar hasta el final.
Assange fue detenido por varios agentes de Scotland Yard que le sacaron a rastras de la embajada ecuatoriana en Knightsbridge tras 2.488 días de encierro. El fundador de WikiLeaks, de 47 años, con barba blanca y visiblemente envejecido, gritó a los agentes mientras le detenían: «¡Esto es ilegal!».
La intervención fue posible tras la decisión del presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, de retirarle el asilo por su «conducta desafiante y agresiva». Durante meses, Moreno mantuvo un forcejeo con su ilustre huésped por cuenta de su injerencia en las elecciones presidenciales norteamericanas y sus intervenciones en redes sociales a favor de la independencia catalana.
El ex presidente Rafael Correa, que dio en su día la protección a Assange, criticó duramente la decisión y calificó a Moreno como «el mayor traidor en la historia de Latinoamérica». (El Mundo)