El Mundial de Fútbol 2026, que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá, promete ser un evento inolvidable, pero los organizadores se enfrentan a un desafío significativo: las altas temperaturas. Programado para el verano boreal, entre el 11 de junio y el 19 de julio, este torneo podría experimentar olas de calor extremo, lo que representa un riesgo tanto para los jugadores como para los miles de aficionados que asistirán a los partidos. En particular, algunas ciudades de Estados Unidos y México se encuentran entre las de mayor riesgo, lo que complica la planificación logística y la seguridad durante el evento.
El SoFi Stadium, en Inglewood, California, es uno de los estadios que albergará partidos del Mundial. Aunque cuenta con modernas instalaciones, como un techo que proporciona sombra y sistemas de ventilación de gran tamaño, los organizadores no pueden predecir con exactitud cómo las altas temperaturas afectarán a los jugadores y al público. En el caso de que las temperaturas superen los 26,7 °C, se activarán ventiladores gigantes para refrescar el aire y evitar que el calor excesivo cause problemas de salud. Sin embargo, otros estadios del torneo no cuentan con características tan avanzadas y se encuentran en regiones donde las temperaturas pueden superar los 35 °C.
Un informe reciente del «International Journal of Biometeorology» identifica varias ciudades de alto riesgo debido a las temperaturas extremas. Monterrey, Miami, Kansas City, Boston, Nueva York y Filadelfia son algunas de las sedes donde el calor podría superar los límites de adaptación humana, representando un riesgo para la salud de los jugadores y árbitros. Estos lugares, durante el verano de 2025, experimentaron temperaturas superiores a los 35 °C en términos de «bulbo húmedo», que mide tanto la temperatura como la humedad, siendo un indicador clave para evaluar las condiciones extremas. Los organizadores del Mundial deberán tomar medidas preventivas para garantizar que los participantes y espectadores puedan disfrutar del evento sin poner en peligro su salud.
A raíz de los problemas de calor extremo experimentados durante el Mundial de Clubes en 2025, la FIFA ha decidido implementar pausas de hidratación obligatorias en todos los partidos del Mundial 2026. Estas pausas se llevarán a cabo en los minutos 22 y 67 de cada encuentro, independientemente de las condiciones climáticas. Esta medida tiene como objetivo asegurar que los jugadores puedan mantenerse hidratados y reducir el riesgo de golpes de calor. Además, la FIFA ha adaptado el calendario para priorizar los partidos en estadios climatizados en las horas más frescas, y aquellos en zonas de mayor riesgo se jugarán en la tarde.
No obstante, los riesgos no se limitan solo a los jugadores. Los aficionados, especialmente aquellos que asisten a partidos en estadios abiertos o en «fan-zones», también estarán expuestos a condiciones extremas. A diferencia de los jugadores, los espectadores pueden ser más vulnerables al calor, ya que no cuentan con el mismo nivel de preparación física. Además, las altas concentraciones de personas en espacios cerrados, como los estadios, pueden hacer que las temperaturas internas aumenten aún más, lo que incrementa el riesgo de golpes de calor y otros problemas relacionados con el calor.
A pesar de las medidas preventivas, como la provisión de agua y sombra en las zonas de espectadores, existen preocupaciones sobre la circulación de aire en algunos estadios y las opciones de hidratación para los aficionados. El director adjunto de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, Christopher Fuhrmann, ha señalado que es fundamental que los organizadores proporcionen suficientes recursos para garantizar la seguridad de los asistentes. La FIFA aún no ha confirmado si los aficionados podrán llevar botellas de agua recargables o si tendrán que comprar agua dentro de los estadios, una medida que podría tener un impacto en la accesibilidad y la comodidad de los espectadores.
En cuanto a la seguridad general del evento, el meteorólogo Benjamin Schott, quien ha asesorado a la FIFA y los organizadores del Mundial, ha subrayado la importancia de la prevención. Las autoridades locales, en colaboración con los equipos de gestión de desastres, estarán alerta a las previsiones meteorológicas y tomarán decisiones sobre la celebración de los partidos en función de las condiciones del clima. Schott advierte que las condiciones extremas experimentadas en el Mundial de Clubes no son algo excepcional en los Estados Unidos, donde los récords de temperatura se baten cada año. Sin embargo, la preparación adecuada será crucial para minimizar los riesgos y asegurar que el Mundial de 2026 sea un éxito tanto para jugadores como para aficionados.











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