Los trapiches mueven la economía del cantón Junín

Por: Mishella Pincay

La panela, alfeñique, currincho y guarapo son algunos de los derivados de la caña de azúcar, una planta ícono del cantón Junín que está compuesta por un tallo largo y leñoso que en su interior guarda el ingrediente para las más exquisitas tradiciones manabitas.

Los trapiches, como se les llama a los locales de fabricación de productos derivados de la caña de azúcar, son una práctica que se remonta a décadas, su nombre se debe a las máquinas utilizadas para moler la caña y extraer su jugo, las mismas que los ancestros trabajaban con ayuda de bueyes.

Con el paso del tiempo las máquinas fueron mejorando y facilitando el proceso de elaboración, en la actualidad varias fábricas trabajan a base de electricidad.

Motor de la economía

Gran parte de la población del sector Agua Fría del cantón Junín basa su economía en los cañaverales.

En la zona existen alrededor de 30 trapiches, algunos se dedican a fabricar varios productos, otros solo se concentran en uno de ellos, como es el caso de Jimmy Loor.

Con los primeros rayos de sol don Jimmy, como lo conocen en su tierra, inicia su trabajo en el trapiche que comparte junto a su hermano, acompañado de su esposa y con las cañas ya recolectadas inician la elaboración del único producto al que se dedican, la panela.

Anteriormente el señor trabajaba en otra fábrica, pero hace aproximadamente unos dos años decidió independizarse.

Casi doce horas de trabajo son necesarias para obtener de 500 a 600 unidades de panela, las misma que se encarga de distribuir en distintos lugares, aunque el no tener transporte propio le genera un gasto más, la panela le da el sustento necesario para mantener a su familia.

Proceso de elaboración de la panela

Una vez recolectada las cañas de azúcar estas pasan a un proceso de extracción de líquido, se coloca el tallo de la caña entre los dos rodillos que posee el trapiche, estos al hacer presión muelen la caña y extraen su jugo, el mismo que luego pasa a hervir unas 4 o 5 horas a base de leña.

Pasado ese tiempo se obtiene la miel que pasa a un recipiente que nuevamente se coloca al fuego hasta que espese, se bate con una pala de madera. Por último se pasa a los moldes de madera y en un tiempo de 5 minutos el producto está frío y listo para consumir.

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