Revista Vistazo.- Silvana Mejía vive en Manta junto a sus dos hijas. El domingo 12 de enero viajó a Santo Domingo por unos asuntos de trabajo. Ese día, a las dos de la tarde, su hija Denisse Delgado de 18 años publicó una foto. «Le escribí inmediatamente para saber dónde estaba y me respondió que con unos amigos. Le dije que se vaya a la casa y no me volvió a contestar», recuerda. Ese mensaje, fue lo último que se supo de ella.
Al día siguiente cuando Silvana llamó a la casa para saber si su hija menor se estaba arreglando para ir al colegio, su vida cambió por completo: Denisse nunca regresó de la playa.
Los mensajes y llamadas al teléfono de su hija, que cumple hoy un mes de desaparecida, no volvieron a tener respuesta. «¿Qué pasó?» Es una pregunta que todavía no tiene respuesta.
Lo que se conoce es que Denisse, junto a sus amigos (cinco hombres) entre 15 y 23 años -incluyendo su novio-, fueron interceptados por dos camionetas en La Pila, en Montecristi.
Los cincos jóvenes aparecieron en Villamil Playas, cerca de Cerecita al día siguiente del secuestro, pero la única de la que no se tiene rastro alguno es de Denisse. «Ellos dicen que se los llevaron en un carro y que a mi bebé se la llevaron en otra camioneta (…). Les he suplicado a los chicos que me digan la verdad, que me cuenten qué pasó con mi hija, qué le hicieron o a quién se la entregaron, pero me dicen que no saben nada y ya no me responden los teléfonos«, explica a Vistazo en medio de lágrimas.
Hoy, 12 de febrero, se cumple un mes de la desaparición de Denisse. No hay ninguna pista de dónde pueda estar o qué pudo haber ocurrido con ella. Aunque las autoridades están investigando el caso, para Silvana, estos 31 días de espera han sido todo un infierno.
El pasado 1 de febrero, Denisse cumplió 19 años. Su sueño era ser odontóloga y estudiar en España. Hoy, el único anhelo de su mamá es que algún día regrese sana y salva a su casa.
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Un año lleno de conflictos
La desaparición de Denisse no es una historia aislada. «En 2024, Ecuador vivió el crecimiento acelerado de extorsiones y secuestros. Además, se convirtió en el país con la tasa de homicidios más alta de Sudamérica», según Juanita Goebertus Estrada, directora para las Américas de la organización Human Rights Watch.
Esta entidad publicó un informe que evalúa, todos los años, la situación de derechos humanos en más de 100 países. En el caso de Ecuador, aún falta mucho por trabajar. ¿Por qué? La respuesta está en las cifras: hasta septiembre del 2024, la Policía Nacional recibió más de 2.000 denuncias por secuestro y más de 10.000 casos de extorsiones en todo el país.
Pero esto no son solo datos aislados, sino que representan a miles de familias como las de Denisse que todavía esperan por una respuesta. Hasta el momento Silvana, la mamá de Denisse, no ha recibido ninguna llamada de rescate por parte de los secuestradores. Solo falsas alarmas que intentan aprovecharse de la situación.
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Amenaza latente en la región
Ecuador no es el único país en el que se ven amenazados los derechos humanos. En América Latina, según Human Rights Watch, «continuó el autoritarismo y debilitándose el Estado de derecho en el 2024».
Dentro de la lista de países más afectados en la región está Venezuela. Previo a las elecciones presidenciales llevadas a cabo el 28 de julio del año pasado, se intensificó la represión contra los defensores de derechos humanos y miembros de la oposición.
En Cuba, en cambio, el gobierno sigue castigando cualquier forma de crítica pública realizada por alguno de sus habitantes y tienen una crisis energética que, combinada a la falta de salud y alimentación, deteriora la calidad de vida de sus ciudadanos.
Argentina no se queda atrás en este listado. Durante el primer año de mandato del presidente Javier Milei se recortó el presupuesto de programas de ayuda social, se obstaculizó el derecho a la protesta pacífica y hubo «un discurso gubernamental hostil contra periodistas y personas LGBT».
Pero Human Rights Watch no es la única entidad que advierte sobre estas situaciones. Un último estudio realizado por Amnistía Internacional publicado en el 2024, muestra que las crisis económicas, la desigualdad y la degradación ambiental afectan desproporcionadamente a estos países.
¿Qué dicen de Ecuador? En una visita realizada por el relator de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos constató que las zonas rurales tenían índices de pobreza multidimensional de hasta un 70 por ciento y que este problema era mucho más marcado que en las áreas con mayor población indígena (como las provincias amazónicas que tienen los niveles de pobreza más altos del país, según el INEC).
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Este problema ocasiona dos consecuencias: facilita la captación de jóvenes para la delincuencia organizada, porque necesitan ganar recursos para subsistir y puede incrementar la inseguridad alimentaria.
De hecho, esto se comprueba en los datos: Ecuador es el tercer país de Sudamérica, después de Bolivia y Venezuela, en tener mayor prevalencia de hambre. Esto afecta a cerca de 2.5 millones de ecuatorianos.
En 2015, Naciones Unidas y sus Estados miembros aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Esta hoja de ruta es conocida por ser una guía para que los países trabajen para mejorar la calidad de vida de todas las personas, sin dejar a nadie atrás.
Esta agenda, con 17 objetivos, no va por buen camino: menos de la mitad de las metas se están cumpliendo y el resto está estancado o atrasado. Si no se crean estrategias para impulsar el crecimiento económico y otorgar educación, salud y protección social de calidad; Ecuador no será el único país que tendrá problemas para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos.