“El coñac de los franceses, el tequila de los mexicanos, pero el rompope amorfino, este sí es ecuatoriano”, dice una de las coplas con las que se presenta el rompope Amorfino, un producto 100% chonense.
Para las familias de este cantón de Manabí es tradición elaborar esta bebida artesanal, que se hace con leche, huevo, especias y licor de caña y que se brinda en fiestas, reuniones o a los visitantes del hogar.
Esta marca, Amorfino, resalta también las coplas de la oralidad manabita. “A mí me gusta el ron, a mí me gusta el vino, pero lo que más me gusta es rompope amorfino”, dice uno de los enunciados.
Se trata de un emprendimiento de los esposos Mariela Vera Zambrano y Julio Aveiga Ferrín, quienes montaron su negocio después de que participaron en una feria de reactivación económica, tras el terremoto del 16 de abril de 2016.
A esa feria debían ir con productos tradicionales. “Llevé rompope, dulces típicos, manjares, pero con el rompope tuve una increíble aceptación. Desde allí, se abrieron las puertas para otras ferias. Así iniciamos este emprendimiento junto a mi esposo, Julio Aveiga”, recuerda Mariela.
La clave ha sido mantener el sabor y origen, pero siendo un producto más gourmet, ya que es ideal para brindis. Ella recuerda que vivieron ocho años en Italia y con esa experiencia hicieron un rompope con sabor a tiramisú, que es un postre italiano con una mezcla de café, cacao, vainilla, y ha tenido aceptación. También tienen de otros sabores.
Uno de los sueños de Mariela es exportar su producto y mantener esa identidad montuvia, como versos, chigualos, donde siempre estaba el rompope en las fiestas y reuniones familiares. De allí nació el nombre del rompope: Amorfino.
Julio Aveiga cuenta que producen 50 litros diarios. El proceso completo tarda 10 horas. El rompope tiramisú ganó incluso un trofeo a la innovación en una feria esmeraldeña.