Las sillas de la Cultura Manteña se consideran un símbolo asociado al poder o alto nivel jerárquico, religioso y político. Estaban esculpidas en un solo bloque de piedra arenisca, zeolita, o en roca más dura. La parte superior semeja una forma de ‘U’, aunque algunas tenían líneas un poco más cuadradas. En su base se tallaba imágenes zoomorfas (animales), antropomorfas (personas) o mixtas.
Estas estructuras, que medían 96 centímetros de alto, identifican a la milenaria Cultura Manteña, cuyo período se extiende desde 500 a 1534 d.C.
A principios del siglo XX, entre 1906 y 1910, el arqueólogo norteamericano Marshall Saville, quien venía estudiando las culturas centroamericanas, exploró Ecuador y se centró en evidencias de antiguos edificios de gran tamaño que se encontraban en los cerros Hojas-Jaboncillos, ubicados entre Portoviejo, Manta y Montecristi en Manabí. Asociadas a las estructuras descubrió además cerámica, restos de pilares, esculturas, bajo relieves o estelas.
Según datos del complejo Cerro de Hojas-Jaboncillo, Saville llevó en barco a EE.UU. más de 3.000 objetos de varias culturas, entre ellos 60 sillas manteñas. Esa colección formó parte del Museo del Indio Americano, Instituto Smithsonian, localizado en Wasington.
Huella
A juicio del artista plástico manabita, Ivo Uquillas, la silla manteña es una huella vigente del hombre ancestral y sus habilidades artesanales. “Los manteños, a través de sus obras, demostraron con sobra de méritos sus condiciones innatas en la destreza del tallado y la construcción”.
Al analizar la forma de ‘U’, Uquillas destaca que para la Cultura Manteña, al parecer, fue un símbolo de poder político y económico. Esto corroboran las investigaciones que plantean que la forma de las sillas no era propicia para sentarse de manera cotidiana, por lo que sería más bien un signo importante dentro de la parafernalia que se usaba en los rituales.
Uquillas utiliza la silla manteña en sus obras artísticas, que forman parte de la decoración de sitios en varias ciudades de Manabí.
Según el Instituto Nacional de Patrimonio Cultura, INPC, hace décadas llegaron a Manabí alemanes atraídos por el negocio de la tagua, y admirados por la antigua ‘Ciudad de los Cerros’, se llevaron decenas de sillas manteñas que pasaron por coleccionistas y llegaron a reservas de varios países europeos.
En febrero de 2017 se abrió un museo al pie de la montaña de Jaboncillo, que contiene estas piezas y la explicación científica sobre la sociedad de los cerros ligada a la gran dinámica del Pacífico, entre el 700 y 1535 d.C (F)
Complejo Hojas-Jaboncillo abarca 3.500 hectáreas
Localizado a lo largo y ancho de una cadena montañosa, con una gran biodiversidad, el Complejo Arqueológico Hojas-Jaboncillo abarca un área de más de 3.500 hectáreas. Cuenta, además, con varios pisos y zonas de bosque seco y subtropical. Este polígono, declarado Patrimonio Cultural de la Nación, está ubicado entre los cantones Portoviejo, Montecristi y Jaramijó, de la provincia de Manabí.
El recorrido turístico denominado ‘Camino del Puma’, permite apreciar una valiosa colección arqueológica. En el Arqueomuseo se exhiben múltiples y singulares objetos arqueológicos, como copas, compoteras, concha Spondylus, sellos o pintaderas, fragmentos de sillas manteñas, entre otros.
Los turistas destacan la difusión de la historia por medio de las sillas en forma de ‘U’. El quiteño Manuel Freire, de paso por Manta, señaló que la iconografía de las sillas manteñas en los espacios turísticos es muy acertada.
Por ejemplo, la silla ubicada frente al edificio del Municipio, en pleno malecón de la ciudad, es una estructura de metal. También se encuentran en las playas y plazas. (El Tiempo)