Lo que prometía ser una cosecha rentable en Manabí terminó de festín en los potreros. Las pitahayas que apuntaban a la exportación hoy alimentan vacas o se entierran como desecho.
Resultado de la temporada alta, que arrancó este mes, y ha desbordado la oferta. Pues el calor ha acelerado la maduración de la fruta, saturando el mercado y derrumbando los precios.
Esto pone en jaque a los productores. Antes, un kilo se vendía a USD 1; ahora, ni siquiera cubre el gasto de producción.
«Aquí en Ecuador a nivel de campo nos quieren pagar a USD 0,70 el kilo. Nuestro costo de producción es USD 0,75 por kilo», dice Juan Marcos Saeteros, presidente de los productores de pitahaya de Manabí
Y con esto la contratación de jornaleros para la recolección ha disminuido dice Luis Macías, un jornalero de la zona. En el cantón Santa Ana la pitahaya se queda en las ramas sin ser cosechada a tiempo, convirtiéndose en alimento para las aves.
La mano de obra se emplea únicamente para evitar que los restos de fruta contaminen las plantaciones. Según la Asociación de Productores de Pitahaya en Manabí, cada jornalero recibe USD 15 por día, un gasto que ya no pueden sostener.
Manabí es una de las principales productoras de pitahaya en la Costa. Los cultivos se extienden por los cantones Santa Ana, Rocafuerte, Jipijapa, Portoviejo, Chone y Tosagua, que en conjunto abarcan 1 375 hectáreas.
Las pérdidas por la sobreproducción se calculan en USD 50 millones, de acuerdo con la Asociación de Productores de Pitahaya de Manabí.