Un coche ha arrollado este jueves a unas 15 personas en una céntrica calle de la ciudad australiana de Melbourne. Tanto el conductor como su acompañante fueron detenidos de forma inmediata.
La Policía no ha informado sobre la gravedad de las heridos, aunque varias ambulancias y servicios de emergencia han acudido al lugar, y al menos trece de los afectados han sido trasladados a hospitales, entre ellos un niño en estado grave. Otras han sido atendidos en el lugar del atropello.
Asimismo, uno de los portavoces del cuerpo, el comandante Russell Barret, ha confirmado que se trata de «un acto deliberado» y explicó que el conductor es un ciudadano australiano con un historial de «problemas mentales». No existen evidencias, cuentan, de que se trate de un ataque terrorista.
Los testigos apuntaron que en el coche, un Suzuki de gran tamaño, iban al menos dos personas. En un primer momento se saltaron un semáforo en rojo en la calle Flinders y atropellaron a seis personas, pero siguieron acelerando durante varios metros.
La zona en la que se produjo el suceso fue acordonada para «garantizar la seguridad» pero un par de horas después se reabrió al tráfico sin mayores problemas.
El dueño de una panadería cercana, que se ha identificado como Jim, ha contado que la intersección estaba «llena de peatones» cuando el coche ha irrumpido en la zona y ha empezado a arrollar a personas. «Vino a parar justo cerca de la parada del tranvía, quizá el lateral de la parada de tranvía le detuvo, pero la única cosa que parecía estar ralentizándole es la cantidad de peatones que había golpeado», ha relatado.
«Todo lo que se ha podido oír es bang bang bang bang«, ha contado David, otro testigo de lo sucedido, que ha señalado que el coche parecía estar circulando a una velocidad de entre 60 y 100 kilómetros por hora.
«Cuando la Policía ha llegado, que ha sido probablemente dos o tres minutos después, ha arrestado al conductor», ha asegurado. Sarah, una joven de 18 años, ha dicho que lo que ha visto al salir de la estación de tren es una escena «horrorosa» y los heridos parecían estar «muy graves». Hemos visto como unas diez personas tendidas en el suelo», ha indicado.
Las autoridades de Australia elevaron la alerta terrorista en septiembre de 2014 y han aprobado una serie de leyes para prevenir atentados.
No obstante, la nación oceánica ha sufrido cuatro atentados desde entonces, aunque se han abortado varios con la detención de decenas de personas en diversos operativos en todo el país.