La disponibilidad y la variabilidad inmunitaria son dos de los parámetros que aún analizan los médicos ante el anuncio de que desde enero próximo ya se podrá aplicar la vacuna del COVID-19 en Ecuador, según aseguró ayer el primer mandatario, Lenín Moreno, en el programa De frente con el presidente.
El mandatario explicó que se vacunaría a 30.000 personas por día y a no menos de nueve millones de personas a nueve meses de la pandemia en Ecuador. Hasta el reporte de ayer se contabilizaron 185.944 casos positivos a nivel nacional y 13.225 fallecidos entre confirmados y por sospecha de COVID-19, en todo el país.
Epidemiólogos, intensivistas y demás médicos que tratan el COVID-19 indicaron que hay tres aspectos que se deben analizar para la llegada de las vacunas, como la seguridad, la eficacia a la población y la disponibilidad, por lo que enero es muy próximo para garantizar que se concrete la vacunación a los ecuatorianos, ya que recién para diciembre se iniciará la vacunación masiva en Estados Unidos.
El doctor intensivista Alberto Campodónico explicó que la vacuna de Pfizer es la que se va a distribuir en Estados Unidos y que este proceso puede que tarde hasta abril. “Las vacunas se iban a distribuir en abril, esa era la fecha tentativa. Lo primero es que las vacunas pasen la fase tres; ahora va la fase cuatro, las vacunas que se inoculen a las personas con resultados, es decir, las vacunas probadas. Todavía no hay fechas para AstraZeneca, se espera que para marzo”, afirmó.
El epidemiólogo Francisco Andino indicó que, pese a ser provacuna, aún es escéptico sobre la vacuna del COVID-19, ya que una vacuna necesita regularmente entre cuatro y diez años para garantizar la eficiencia, y aparte de la gran variabilidad que se presenta en el tema de la inmunidad.
“Hay gran variabilidad inmunitaria que tiene este virus, por ejemplo, personas que estuvimos graves no tuvimos inmunidad, y no sabemos si es construcción del virus o de cada persona que crea esta variabilidad. Esto significa que, en algunos casos, una vacuna no garantiza la inmunidad para nosotros”, explicó.
El ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, agregó que el proceso de vacunación duraría entre seis y nueve meses y depende de la que se adquiera porque, por ejemplo, Pfizer requiere una cadena de frío más sofisticado que otros.
Estados Unidos empezará la vacunación masiva contra el COVID-19 en tres semanas. Y la “vida normal” se retomaría en mayo, según indicaron medios de ese país.
El Gobierno está analizando todas las opciones de las farmacéuticas privadas y las alianzas internacionales para acceder a la vacuna, entre estas están: Covax, AstraZeneca, Pfizer y BioNTech, Jhonson y Jhonson y Moderna.
Zevallos señaló que aproximadamente el 30% de la población en Ecuador ha contraído la enfermedad, es decir, una de cada tres personas adultas ya han sido infectadas y, hasta el momento, no se sabe si van o no a necesitar de las vacunas: “Es probable que no lo necesiten”, explicó el ministro.
Días atrás, Zevallos había señalado que la vacuna se empezaría a aplicar en el primer semestre del próximo año, antes señalaron que sería entre marzo y abril próximos.
Sin embargo, las autoridades de Gobierno también han recalcado que dependerá del avance de los laboratorios.
“Las vacunas llegarán el momento en que estén listas, el momento en que se haya comprobado la eficiencia y eficacia”, dijo Moreno al iniciar el programa radial de ayer.
Zevallos aclaró que no se impide a nadie la importación de las vacunas, pero sí debe ser reglada y regulada por el Ministerio de Salud.
Sobre la coordinación entre el Ministerio de Salud y el Instituto de Seguridad Social (IESS) para el proceso de vacunación, Jorge Wated manifestó que el sistema de salud estará integrado totalmente para poder atender la vacunación, y un afiliado podría también vacunarse en el sistema de salud pública.
Personal de Salud serían los primeros en ser aplicados con la vacuna debido a la alta exposición que tienen en la primera línea de atención. (El Universo)