Con el cierre de escuelas, negocios y hasta de fronteras, los países europeos toman medidas cada vez más drásticas para detener el brote de coronavirus en la región, que desde hace semanas se ha convertido en uno de los epicentros mundiales de covid-19.
En Italia, la nación europea más afectada hasta el momento, el número de muertos por coronavirus se ha disparado en los últimos días. Hasta el domingo, las autoridades locales habían reportado 5.476 víctimas fatales, una cifra que lo coloca por encima de China, donde surgió la epidemia a finales de 2019.
Paralelamente, España sumó más de 33.089 contagiados y al menos 2.182 víctimas fatales, lo que lo posiciona solamente detrás de su vecino europeo y el gigante asiático en número de casos y fallecidos a nivel mundial.
Este repunte de las cifras ha hecho que ambos países anuncien medidas excepcionales para paliar la emergencia sanitaria que atraviesan, entre ellas la voluntad de acelerar la homologación de títulos y la contratación de médicos extranjeros, muchos de ellos latinoamericanos.
Giulio Gallera, consejero regional de Salud de Lombardía, una de las regiones más afectadas en el norte de Italia, aseguró el sábado 14 de marzo que había solicitado personal médico a países como Cuba, Venezuela y China.
Como resultado, una semana más tarde una brigada de alrededor 50 médicos y paramédicos cubanos viajó a Italia para asistir a los servicios sanitarios de ese país en la crisis del coronavirus.
Mientras que el gobierno de Pedro Sánchez decretó la incorporación de algunos doctores venezolanos al Sistema Nacional de Salud de España, después de que la Asociación de Médicos Venezolanos en ese país ofreciera su ayuda mediante una campaña lanzada el 12 de marzo y bautizada «España, estamos contigo».
Pero en Europa, ya existía un contingente de médicos latinoamericanos luchando en primera fila contra el nuevo coronavirus.
«Argentinos, ecuatorianos, peruanos…»
Hipólito García Bencomo es uno de ellos. Él es venezolano y vive en Madrid desde hace tres años.
«La situación ha ido en ascendencia. Empezamos viendo algunos casos y ahora nuestros hospitales están totalmente abarrotados de pacientes con coronavirus», le dice a BBC Mundo el doctor caraqueño.
Explica que en el hospital madrileño donde trabaja la multiplicación de casos se produjo de manera «muy rápida y sin descanso».
«Ahora nuestras plantas de hospitalización se encuentran completamente copadas y lo peor aún es que las unidades de cuidados intensivos están recibiendo todos estos casos».
García Bencomo considera que el apoyo de la comunidad latinoamericana en el sistema de salud español ha sido importante en esta crisis sanitaria.
«Aquí hay argentinos, ecuatorianos, peruanos, cubanos…», dice, antes de agregar que si bien no resolverán la crisis, les alegra saber que están colaborando «ayudando a mitigar el cansancio y la fatiga (de colegas) y apoyando a los pacientes».
El crecimiento exponencial del número de contagios en España ha provocado la saturación de los sistemas sanitarios en todas las comunidades autónomas, cuyos hospitales se han quedado sin suficiente personal para tratar a los pacientes infectados.
Ante esta situación, varias consejerías de Sanidad en el país han incluso hecho un llamado a médicos jubilados que estén disponibles a reincorporarse momentáneamente para responder a diversas necesidades en el sector.
Con una formación «perfectamente homologable»
Marc Ramentol, quien es director general de Profesionales de la Salud de la Generalitat de Catalunya, califica la situación actual como una emergencia sanitaria.
«Estamos en período de crecimiento de la curva epidémica por coronavirus y en este momento el sistema sanitario está tomando ya medidas excepcionales de distinta índole para justamente hacer frente a esta ola epidémica», le dijo a BBC Mundo.
Ramentol saluda la «acertada» medida del Estado de habilitar a profesionales latinoamericanos y extracomunitarios para que también participen en la respuesta sanitaria.
«Tenemos a muchos que ya antes de la crisis estaban pendientes de completar su homologación. Latinoamericanos, en mayor parte, de varias nacionalidades», afirma, antes de lamentar que la decisión del gobierno central llegue un poco tarde.
«Se trata de una competencia estatal y no del Gobierno de la Generalitat (…) le hemos estado reclamando al Estado para que los reconozca. Son especialistas que se han formado en sus países y, muchos de ellos, tienen un nivel de formación perfectamente homologable (con respecto) a la formación que se hace aquí».
En un constante riesgo de contagio
José Leonardo Delgado es otro médico sudamericano, pero residente de la región de Véneto, en el norte de Italia. «Sin embargo, trabajo en Lombardía, que es el epicentro de la epidemia», precisa.
El galeno recuerda que desde el pasado 21 de febrero se estaban tomando medidas preventivas en la casa de reposo en la que trabaja, hasta que «explotó» el primer caso siete días después.
«En ese momento hice otro diagnóstico, porque no teníamos ningún caso positivo. Pero luego enviamos a la señora al hospital y allá la diagnosticaron».
Desde ese entonces, los casos han aumentado y también lo ha hecho la preocupación de contagio de los trabadores del centro.
«Evidentemente hay mucha inquietud porque el riesgo existe, pero con los dispositivos puestos a disposición logramos minimizarlo».
Cada mañana, antes de ingresar al núcleo aislado donde se encuentran los pacientes con coronavirus, los médicos y las enfermeras se preparan en una sala contigua, con vestidos impermeables, guantes y máscaras que en teoría filtran el aire de partículas del virus que pudieran entrar por vía respiratoria.
Delgado explica que en Italia a los pacientes les aplican varios tratamientos principalmente a base de cloroquina y antirretrovirales. Pero en el centro donde trabaja siguen un protocolo que consiste en «ofrecer soporte y terapia para evitar posibles sobreinfecciones bacterianas a base de antibióticos sistémicos».
«También se ha experimentado con un nuevo anticuerpo monoclonal que se usaba en la artritis reumatoide, y está dando muy buenos resultados».
«Una situación similar en Latinoamérica sería una catástrofe»
A Delgado también le preocupa que en América Latina se repita lo que está pasando en Europa.
«Estoy en constante comunicación con familiares y amigos (…) y les doy las mismas indicaciones que damos aquí en Italia: aislamiento, higiene de las manos, muchas veces al día, pero sobre todo mantenerse en casa para evitar contagios».
Asegura que una situación similar a la europea en algunos países latinoamericanos sería una «catástrofe».
«Sobre todo en mi país de origen (Venezuela) donde el sistema de salud colapsó ya hace unos 20 años y no cuenta con la infraestructura para afrontar una emergencia sanitaria de tal magnitud».
Una labor estresante
Rodolfo Fernández, otro médico latinoamericano que reside en Italia desde hace más de una década, recomienda no subestimar el virus y hacer un esfuerzo para modificar los hábitos y las costumbres sociales por un periodo.
Él también ha vivido la evolución de crisis sanitaria en Italia en carne propia: desde el comienzo de la epidemia, se encuentra en primera línea atendiendo pacientes con covid-19.
«Trabajo sin descanso 12 horas diarias y hasta los fines de semana», dice el doctor originario de Cuba.
Los pacientes llegan a su hospital «generalmente con una patología crónica y en pocas horas comienzan con dificultades respiratorias».
Explica que se trata de una labor «estresante», pues también debe concentrarse en no violar las medidas establecidas para evitar contagios. «Me siento muy comprometido con mis pacientes, pero al mismo tiempo trato de proteger a mi familia cuando llego a casa».
«Evito todo contacto físico con ellos y nos comunicamos respetando una distancia de seguridad de un metro», agrega.
Una crisis que aún no toca fondo
Tanto Fernández como muchos otros cientos de miles de médicos en España e Italia esperan que las medidas gubernamentales anunciadas recientemente logren darle un respiro al personal de los sistemas sanitarios locales.
Pero las cifras parecen indicar que la crisis aún no ha tocado fondo.
Fernando Simón, director del Servicio de Emergencias Sanitarias de España, dijo en rueda de prensa el pasado viernes que el pico podría alcanzarse «en los próximos días».
Sin embargo, un informe del Instituto de Matemática Interdisciplinar de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) pronostica que el pico del coronavirus en la nación ibérica se alcanzará entre el 15 y el 27 de abril.
Mientras tanto, en Italia «el pico de contagios debería llegar el 31 de marzo y con un total de 60.000 casos positivos», según Davide Tosi, un experto en big data, consultado por el diario italiano Corriere della Sera.
No obstante, el jefe de la Protección Civil de Italia, Angelo Borrelli, piensa que la crisis podría prolongarse un poco más y estimó el viernes que «a lo mejor el pico de contagios no llegará la semana que viene, sino la siguiente». (BBC Mundo)