Menor fue drogada y violada. Una amiga fue apuñalada

Arrastrando los pies y sostenida en los brazos de sus hermanas llegó Lucila (nombre protegido) a la Unidad de Flagrancia de Quito. De 16 años, la adolescente había sido abusada sexualmente minutos antes en el sector de Llano Chico, norte de la capital.

Su madre, conmovida por lo sucedido con la última de sus seis hijos, lucía desesperada. Sus ojos se humedecieron mientras esperaba afuera del edificio, la tarde del miércoles 29 de julio de 2020.

A Lucila le faltaban las fuerzas. Desfallecía. Se apoyaba en las paredes. Al tiempo, su hermana mayor, impotente, denunciaba el hecho para que las autoridades iniciaran las investigaciones y los médicos legales la revisaran.

Durante la diligencia, la desesperación de la madre se incrementaba. Otras de sus hijas, que estaban junto a ella, se comunicaban por teléfono con familiares para contarles lo que su ñañita estaba sufriendo en ese momento.

“Pido que encuentren a ese individuo que le hizo un grave daño a mi hija. Que se haga justicia y no quede en la impunidad”, decía la mamá de la víctima.

Los hechos

La mamá contó que en la mañana, ella, Lucila y las otras hermanas habían acudido al barrio Catsuquí de Velasco, en La Roldós, donde están construyendo una casa.

Tras permanecer unas horas en el sitio, Lucila le dijo a su madre que se iba al colegio porque debía entrevistarse con los profesores para pasar de año y cambiarse de institución educativa.

Después de realizar las diligencias en el plantel, la adolescente se habría encontrado con una amiga en una parada de la Ecovía, para luego dirigirse a la parroquia de Llano Chico, donde supuestamente las esperaba un joven, quien estaba acompañado por otra chica.

“Lucila me comentó que el muchacho les ofreció gaseosas en unos vasos, que las obligaba a servirse, para después agredirles físicamente… mi hermana fue víctima de la violación y la amiga, al poner resistencia, había sido apuñalada”, manifestó la hermana de la víctima.

Las dos muchachas, tras sufrir la agresión, fueron auxiliadas por miembros policiales, quienes solicitaron una ambulancia para que la joven apuñalada fuera trasladada a una casa de salud. Entre tanto, Lucila fue llevada a su hogar, en donde comentó todo lo sucedido.

Con el pasar de las horas la adolescente empezó a sentir fuertes dolores en su cuerpo y así en un automotor particular la trasladaron a la Fiscalía para denunciar la agresión.

Los allegados presumen que la bebida estuvo mezclada con algún estupefaciente y causó el desfallecimiento de la menor de edad en las instalaciones de la Fiscalía. Inmediatamente solicitaron una ambulancia que llegó a la dependencia judicial; uno de los paramédicos la atendió y por el delicado estado de salud fue llevada a un hospital.

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