Con una sábana blanca en la mano, Cruz y su hermana Marcela Mendoza, de 25 años, acompañadas de unos vecinos, pedían colaboración en la zona comercial de la parroquia El Laurel del cantón Daule, para recaudar fondos y sepultar a su hermana Antonella Espinoza Mendoza, quien falleció la madrugada de ayer, jueves 17 de octubre de 2019, en un hospital de Guayaquil.
Comprar el féretro para su ser querido, cuyo cuerpo permanecía en la morgue de la urbe porteña, era la explicación que daban las hermanas, y los moradores o transeúntes sacaban billetes y monedas y los depositaban sobre el manto para ayudar a esta familia.
Cruz Mendoza, de 23 años, dijo al diario EXTRA que el miércoles pasado su hermana no fue al trabajo, en un centro de belleza de la parroquia. “Estuvo en la casa de mi madre Flora Matilde Mendoza, con quien residía, en el sector Aguas Blancas de esta parroquia”, sostuvo. Antonella era estilista y hace siete meses laboraba en un gabinete de la parroquia.
Ese día, alrededor de las 11:30, Antonella salió de casa sola, “pero no nos dijo a dónde iba. Solo dijo que le gustaba divertirse y se fue”, contó la joven. Después le informaron que su allegada se había ido para siempre… Al parecer, el miércoles Antonella viajó con una amiga hasta Guayaquil y se habría dirigido a una clínica clandestina para presuntamente colocarse una sustancia en su cuerpo.
Los parientes no saben con certeza lo que ocurrió. Creen que tras haberle suministrado un compuesto tuvo complicaciones en su salud. Aunque fue llevada a un hospital porteño, ella falleció en la madrugada de ayer. Aproximadamente a las 02:00 de del jueves cuando la madre de Antonella recibió una llamada en su celular “para decirle que mi hermana había fallecido, ya que le habían colocado silicona en el pecho”, detalló la pariente.
En el diálogo telefónico, le mencionaron a la señora que tras la aplicación, su hija se sintió mal y la trasladaron la noche del miércoles hasta una casa de salud, donde después de algunas horas, murió.
“Sabemos que una amiga la había acompañado para que se ponga esto. Para nosotros fue una sorpresa porque no nos comentó nada al salir de la casa”, acotó Cruz, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.
Flor Matilde Mendoza y otros allegados viajaron desde El Laurel hasta la urbe guayaquileña y acudieron al Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses, donde confirmaron que el cadáver de su pariente estaba allí, e hicieron los trámites para retirarlo.
Por ser una familia de escasos recursos económicos, los parientes de Antonella retornaron a la parroquia El Laurel con el objetivo de hacer la colecta para el sepelio de la joven, quien era conocida en la localidad por realizar obras solidarias.
Ayudaba a la comunidad
Lady Roberta Villamar Nieto, estilista de la parroquia, contó que la llamaron para informarle de que Antonella estaba grave.
Inmediatamente ella viajó desde El Laurel hasta la urbe porteña. “Al llegar a la casa de salud, la noche del miércoles, me enteré de que estaba bien grave, con oxígeno, y después nos dieron la terrible noticia de su fallecimiento”, contó Villamar.
La partida de su amiga deja dolor en la comunidad LGBTI (Lesbianas, gais, bisexuales, Trans e intersexo) de esta localidad del cantón Daule.
Villamar recordó las veces que Antonella la visitaba en su gabinete. Tuvieron una gran amistad y ahora espera que se ayude a la familia, porque es de escasos recursos económicos.
Lucía Pilozo Zubiaga destacó que su amiga Antonella fue “una gran persona que siempre estuvo presta a ayudar a la comunidad”.
Además manifestó que ella “nunca nos dijo que se iba a hacer una cirugía y ha sido una sorpresa para todos quienes la conocimos y para sus familiares. Nos han dicho que le colocaron silicona en los pechos y se le regó en todo el cuerpo y le complicó los pulmones”. (EXTRA)