El presidente venezolano, Nicolás Maduro, abogó por un adelanto de las elecciones para sustituir al Parlamento, de mayoría opositora y cuyo jefe es el autoproclamado presidente interino Juan Guaidó, quien este miércoles convocó a los venezolanos a salir a las calles para lograr recuperar la democracia.
En una entrevista con la agencia de noticias rusa RIA Novosti, Maduro dijo en cambio que no estar dispuesto a convocar elecciones presidenciales, como pide gran parte de la comunidad internacional y la oposición, pues «tuvieron lugar hace menos de un año».
Pero sobre las elecciones legislativas, previstas para 2020, Maduro consideró que «sería muy bueno organizar(las) (…) antes». «Sería una buena forma de discusión política, una buena solución a través del voto popular».
El presidente venezolano expresó su «reconocimimento» al presidente ruso Vladimir Putin y señaló que «cada mes» Venezuela recibe armamento ruso, «el más moderno del mundo».
Por su parte, Guaidó dio una entrevista al diario alemán Bild en la que denuncia que el país está «en una dictadura» y que por ello «debe haber presión». «Necesitamos más sanciones por parte de la Unión Europea, como lo decidió Estados Unidos», declaró el presidente del Parlamento venezolano, quien asegura que el régimen es «absolutamente corrupto».
Guaidó, jefe del Parlamento de mayoría opositora, convocó a los venezolanos a salir a las calles entre las 12:00 y las 14:00, desde sus trabajos, casas, escuelas o tiendas, con banderas, cacerolas o pancartas.
«Venezuela se levantó para soñar con el país que queremos. Debemos estar en la calle (…), necesitamos de todos para lograr nuestra democracia», declaró el opositor de 35 años al llamar a la manifestación.
Aunque la cúpula militar la calificó como un ‘engaño’, Guaidó insistirá durante esta jornada en la oferta de amnistía a los militares que colaboren con una transición, buscando romper el sostén de Maduro, la Fuerza Armada.
El líder parlamentario, con un creciente apoyo internacional encabezado por Estados Unidos, también llamó a esta movilización en respaldo al ingreso de ayuda humanitaria, lo que el gobierno considera una puerta a una intervención militar norteamericana.
Washington dijo tener listos 20 millones de dólares para entregar, en alimentos y medicinas, cuya severa escasez agobia a los venezolanos y ha disparado la migración, cifrada en 2,3 millones de personas desde 2015 según la ONU.
Maduro atribuye el desabastecimiento a sanciones de Estados Unidos.
«Es probable que parte de esta ayuda humanitaria entre por puerto marítimo y terrestre a través de los países vecinos. (Los militares) van a tener la decisión en sus manos de permitir o no su entrada», dijo Guaidó esta semana.
Los temores a hechos violentos resurgen con cada protesta. Disturbios que estallaron el 21 de enero han dejado unos 40 muertos y más de 850 detenidos, algunos de ellos en barrios populares de Caracas, según la ONU.
Dos oleadas de protestas contra Maduro en 2014 y 2017 se saldaron con cerca de 170 muertos.
Washington, que según Maduro usa a Guaidó como un títere para darle un golpe de Estado, llamó directamente a los militares a apoyar una transición y dijo sobre una eventual acción armada en Venezuela que «todas las opciones están sobre la mesa».
Sin dar tregua, Estados Unidos aprobó el lunes sanciones contra la estatal petrolera PDVSA -fuente del 96% de ingresos del país-, y congeló cuentas y activos venezolanos, cuyo control entregó a Guaidó.
Maduro contraatacó desde el plano judicial. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista, prohibió a Guaidó salir del país y congeló sus cuentas, a solicitud del fiscal general, el chavista Tarek William Saab.
«No estoy desestimando una amenaza de cárcel (pero) ‘nada nuevo bajo el sol’. La única respuesta del régimen es persecución, represión», reaccionó el jefe parlamentario.
El TSJ ordenó una investigación contra el líder opositor por «usurpar» las funciones del mandatario socialista, lo que en principio podría llevar a la pérdida de su investidura como legislador.
Ante ello, John Bolton, asesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, reiteró que cualquier intento de «dañar» a Guaidó acarreará «serias consecuencias».
En tanto, este miércoles Maduro se reunió en la mañana con los militares ante la inminencia de actos de protesta contra el gobierno. En el acto volvió a pedir la lealtad ante su «comandante en jefe».
También denunció que militares desertores, convertidos en ‘mercenarios’, conspiran desde Colombia para dividir la Fuerza Armada en medio de un intento de golpe de Estado.
Esto, después de que se conoció que la esposa de un militar rebelde acusado de conspirar para derrocar a Maduro dijo que lo han arrestado a su regreso clandestino a Venezuela.
Sorbay Pailla dijo que su última comunicación con su esposo, el coronel de la Guardia Nacional retirado Oswaldo García Paloma, fue el domingo cuando entró clandestinamente al país desde Colombia. Dijo que sus contactos en la unidad de inteligencia militar le dijeron que lo arrestaron en el estado occidental de Barinas.
Marcha opositora en fiesta chavista
La ofensiva de Guaidó continuará con una «gran marcha» el sábado, justo cuando se cumplen 20 años de la «revolución bolivariana» fundada por el fallecido líder socialista Hugo Chávez (1999-2013), ante lo que previsiblemente el gobierno convocará a sus seguidores.
La movilización opositora respaldará, según Guaidó, el plazo de ocho días -que vence el domingo- dado a Maduro por España, Francia, Alemania, Reino Unido, Holanda y Portugal para que acepte unos comicios libres so pena de reconocer al opositor como presidente encargado.
Guaidó se autojuramentó luego de que el Congreso declarara a Maduro «usurpador» por asumir el 10 de enero un segundo mandato que considera ilegítimo -al igual que gran parte de la comunidad internacional- por ser resultado de comicios «fraudulentos».
Aunque sus decisiones son consideradas nulas por el TSJ, que lo declaró en desacato, el Congreso nombró el martes «representantes diplomáticos» en una decena de países que reconocieron a Guaidó como presidente interino.
El presidente socialista dijo a Ria Novosti estar además «dispuesto a discutir personalmente con Donald Trump» y acudir a la mesa de negociaciones con la oposición, para hablar, por el bien de Venezuela, por la paz y el futuro».
Pero Guaidó ha reiterado que no se prestará para «diálogos falsos». (El Universo)