Once mujeres, entre ellas dos niñas menores de 5 años, habrían muerto de forma violenta durante las últimas semanas de confinamiento en el Ecuador, por la pandemia del coronavirus.
Otros dos casos fueron reportados como presunto suicidio, pues a las víctimas se las encontró colgadas de vigas de sus casas. Sin embargo, familiares piden a las autoridades investigar los decesos, pues sospechan que podrían esconder femicidios.
El primer hecho de este tipo se registró el pasado 30 de marzo en el barrio Marbella, de Manta, provincia de Manabí. La mujer asesinada fue identificada como Katty Maribel Briones Cobeña, de 24 años, quien deja una menor de edad en la orfandad.
La hermana de la víctima, Juanita Briones, indicó que Katty tenía tres meses viviendo con su pareja y que ellos ya habían tenido una separación, pero que nuevamente se unieron y el día anterior a su muerte, ambos mantuvieron otra discusión.
Esto ocurrió en Tena, pero la familia de Cuji exige una investigación, pues insiste en que ella presentaba golpes y que incluso tenía una hemorragia en las partes íntimas. Las autoridades no se pronunciaban sobre esa solicitud Estos casos que aún son considerados por las autoridades como suicidios son parte del listado de once presuntos femicidios que publicó esta semana el Centro para la Acción y Promoción de la Mujer (Cepam).
En ese listado hay casos de todo el país, pero los que definitivamente congelan la sangre son las muertes de Paula y Andrea, de 4 años y de 14 meses de edad , respectivamente.
Ambas murieron a manos de sus padrastros. Paula, quien era de nacionalidad venezolana y llegó hace un año al país con su madre, murió a golpes el pasado 30 de marzo. Ella vomitó en un bus cuando viajaba con su padrastro y luego de que este la llevara al baño de una gasolinera en Tabacundo (Pichincha) para asearla, la niña falleció. Según la autopsia legal, tenía varias costillas rotas.
El caso de Andrea es aún más espeluznante. Ocurrió en Manabí, donde su padrastro, pese a que ella apenas había cumplido un año, la violaba. La niña murió después de ser ultrajada.
Ese mismo día, una joven de 16 años fue estrangulada en Salinas, provincia de Santa Elena. Su cuerpo estuvo en la playa y se logró detener a un sospechoso.
Mientras tanto, en Colimes, Juana Castro, de 50 años, fue baleada días después por su conviviente, identificado como Luis P., quien se suicidó con la misma arma con la que habría cometido el crimen. Los hijos de las víctimas comentaron que tenían apenas un año de relación sentimental. La familia se mostró conmovida por el hecho.
En Milagro se registró otro brutal crimen. Camila Solís, de 20 años, fue asfixiada, mutilada, desfigurada y calcinada, el 9 de mayo pasado. Tres hombres están involucrados en el asesinato, entre ellos la pareja de Camila. Ella habría llegado a reclamarle donde consumía dogas. Él y los otros hombres la habrían atacado.
Tanta es la violencia que incluso en Galápagos hace pocos días se registró el primer caso de femicidio en este año.
Una mujer de 31 años identificada como Jennifer Haz fue asesinada. Su cadáver fue encontrado el pasado lunes 11 de mayo en un terreno baldío de Puerto Ayora, en Santa Cruz.
Ella se había separado de su victimario, quien fue detenido minutos después del hallazgo.
Ese mismo día, otra mujer fue apuñalada en Guayaquil por su expareja. Él intentó suicidarse apuñalándose en el cuello.
Psicólogos, activistas y policías coinciden en que el encierro obligatorio causa más estrés en las parejas y que se han multiplicado las quejas por violencia de género en diversos sectores de la ciudad, tanto populares como urbanos. (El Universo)