“Dónde están las pruebas de que yo he hecho algo de lo que ellos me están acusando”. Es la pregunta que se repite el ciudadano sueco Ola Bini en una celda del Centro de Detención Provisional (CDP) en Quito. Sobre él pesa desde el 13 de abril del 2019 una orden de prisión preventiva y una instrucción fiscal por el supuesto delito de ataque a la integridad de sistemas informáticos.
Su abogado, Carlos Soria, relata las dudas de Bini, con quien se reunió, el 15 de abril del 2019, por más de dos horas. David Ochoa, secretario de la Asociación de Software Libre de Ecuador, estuvo presente.
Soria presentó a las 16:00 de ayer el recurso de apelación a la medida cautelar de carácter personal. Noventa días durará la instrucción fiscal contra el extranjero. En la mañana no entregó el documento de apelación porque dijo que en el despacho respectivo en la Unidad de Flagrancia no se encontró al secretario ni el juez.
El abogado insiste en que la única vinculación que existe entre Julian Assange y su cliente es una amistad personal por el tema de desarrollo informático. Niega nexos laborales con WikiLeaks, la organización fundada por el hacker australiano. También rechaza vínculos de Bini con el excanciller Ricardo Patiño.
Soria explica que durante los casi seis años de Bini en Ecuador, él ha trabajado en actividades relacionadas con el software libre. “No trabajaba para nadie, fundó una asociación sin fines de lucro que preserva la integridad y la seguridad de la información en el país. Vive de su trabajo, factura, tiene RUC (Registro Único de Contribuyentes), domicilio permanente. (…) Tiene un vínculo sentimental en Ecuador”, insiste.
Por su parte, Ochoa sostiene que Bini es parte de la comunidad de software libre del país desde hace más de cinco años. En ese tiempo, insiste, él ha trabajado, producido y aportado a la sociedad desde su actividad profesional en tecnología.
“Ha aportado bastante para que la gente conozca cómo cuidar su privacidad y sus datos. De hecho les invito a que vean muchas conferencias que Ola Bini ha dado en diversos países”, apuntó Ochoa, quien asegura que la detención del sueco genera cierto temor.
El secretario de la Asociación de Software Libre dice que está en la capacidad de poner las manos al fuego por Ola Bini. No ha participado de plan alguno para desestabilizar al Gobierno, insiste con vehemencia.
Las Relatorías Especiales sobre la Libertad de Expresión de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), también están inquietas en torno a la detención.
David Kaye, relator de la ONU sobre la Promoción y Protección del Derecho a la Libertad de Opinión y Expresión, señaló en Twitter: “Nada en esta historia conecta a @olabini con ningún crimen. Defensor/experto en privacidad digital, apoyo expresado para WL (WiliLeaks), etc., seguro. Pero el Gobierno de Ecuador debe demostrar más que eso o esto parece una detención arbitraria”.
En tanto, Edison Lanza, relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) interroga: “La información disponible refiere a su defensa de WikiLeaks, experto en software y poseer dispositivos digitales. Pero… ¿privación de libertad?”.
Pasadas las 15:00 del 15 de abril del 2019, los padres del sueco Ola Bini llegaron al aeropuerto Mariscal Sucre, en Quito. Su objetivo sería resolver la situación jurídica de su hijo, acusado de supuestos delitos informáticos, para llevárselo del país. (El Universo)