Viajar a Manabí significa ver el amplio verdor de las plantaciones de plátano y una de sus variaciones está llegando lejos. Se trata del plátano barraganete, que es transformado a chifle, uno de los productos de mayor consumo en el país y que ya está abarcando más perchas internacionales bajo la marca Tortis.
Esta nació hace menos de dos años cuando Paola Tama quería que el chifle sea un producto atractivo para el mercado extranjero. “El negocio parte de este sentir de orgullo, de presentar un producto ecuatoriano en percha en el exterior”, dice.
Paola asegura que cuando viajaba por estudio o turismo siempre buscaba snacks y solo veía papas fritas, aunque sí había chifles, pero de Sudáfrica, Perú, Colombia y de otros países de Centroamérica. Se puso como meta que este producto ecuatoriano llegue a esas perchas y fue cuando comenzó a experimentar.
En su casa cortaba el plátano, lo freía, le ponía sal, su familia consumía. Después, le agregó saborizantes y sus allegados eran parte del estudio de mercado. Esa idea, poco a poco, fue tomando forma hasta que en 2022 constituyen a Tortis Natural Plantain Chips como S.A.S. (Sociedad por Acciones Simplificadas).
La visión de Paola no era abarcar en gran porcentaje al mercado nacional sino el extranjero. E inició por Londres. “Tuvimos la primera exportación en mayo de 2023 y en ese mes entramos al mercado nacional. Londres está tomando el chifle ecuatoriano de la mejor manera, los volúmenes de venta se han incremento considerablemente”, comenta la fundadora de Tortis.
Cuando llega el chifle a este país europeo es distribuido por un mayorista, que a su vez, lo envía a supermercados. Después, el producto entró a Florida, Estados Unidos. Allá también es otro distribuidor, pero no mayorista.
“Es una buena oportunidad y parte del desarrollo del producto. Comencé a ver cuál era la mejor forma de llevar al chifle, en presentaciones que no se parta, que sean saludables, que no estén embebidos en aceite. Y desarrollamos sabores que vayan acorde con el chifle y al mercado, que es una parte importante en este proceso”, señala la empresaria de 38 años.
Llegar a esos mercados no ha sido fácil, sostiene porque tuvo que pasar por capacitaciones, pruebas, trámites. “Nos presentarnos en ferias de alimentos internacionales gracias al apoyo de ProEcuador”, indica Paola.
Tortis Natural Plantain Chips, en su primer contenedor a Londres, envió siete toneladas del producto. Esto fue en mayo de 2023. Para octubre, se estrenó en Florida con la misma cantidad. Y ahora esos volúmenes han incrementado.
A la vida de Paola llegó otro avance y este fue el ingreso a Amazon. “Nos tomó ocho meses entre lo que tiene que ver con la regulación en Estados Unidos para entregar a ese mercado y nacionalizar el producto. Amazon nos pedía hasta videollamadas para calificar el producto. No quería que mostremos fotos sino en vivo, que tengamos una imagen con la persona, que se vea que el producto. También tuvimos un análisis de la materia prima, por ejemplo certificaciones de laboratorio, cumpliendo las regulaciones del FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) porque piden un etiquetado, que vaya acorde con las normas”, explica Paola y agrega que a esta plataforma se envió 319 kilos en productos.
Tortis posee cuatro variedades de productos: natural, sweet chili, spicy lemon y en maduritos. Estos vienen en tarros de 450 gramos, cuyo precio sugerido es de $ 4,96 y fundas de 70 gramos a $ 0,65. En Amazon los tarros están en $ 9,98 y las fundas en 18 pack está a $ 19,85.
“El proceso parte desde que seleccionamos el plátano como tal y entra a un proceso de pelado, si es maduro reposa tres días hasta que tenga la consistencia y empezamos a procesar. Luego, pasa a máquinas freidoras, usamos aceite que no contenga grasa trans y cero colesterol. Después de la fritura, se selecciona y va a empacarse. En una semana podemos tener listo una carga para un contenedor”, dice Paola que así es el proceso de producción que realizan más de 30 personas, una parte en Manabí y la otra en Guayaquil.
“No consideramos las puntas sino que trabajamos la parte central del plátano para que tenga una mejor consistencia, tamaño, y que tenga ese crunch y no se deshaga, ni se quiebre al momento de transportarse, por ejemplo para llegar a Londres, el chifle tiene que viajar 28 – 31 días”, señala y añade que la producción nacional es alrededor de siete toneladas.
Paola está trabajando para ingresar a nuevos mercados, uno de ellos, Japón. “Queremos adaptarnos a ellos, tener una capacidad de producción más amplia para satisfacer al cliente externo”, apunta la empresaria.