Ni los 4,5 kilómetros que separan su casa del colegio, ni los nueve grados bajo ceroque marcaba el termómetro, ni la falta de ropa de abrigo suficiente impidieron que el pequeño Wang Fuman se presentase el pasado lunes en clase para hacer un examen. Su imagen, con el pelo y las cejas congeladas por el frío y las manos quemadas, se han convertido en símbolo del esfuerzo y la tenacidad de este niño por salir adelante.
El coraje de Wang Fuman le ha convertido en un héroe en la Red. El pasado lunes comenzaba el periodo de exámenes y él no estaba dispuesto a que el frío le impidiese hacerlo. Así que se armó de valor y paciencia y con su abrigo poco consistente y sin orejeras, guantes o bufanda, se enfrentó a los -9ºC que hacía fuera.
Por delante, los 4,5 kilómetros que separan su casa de barro del colegio al que acude cada día para formarse y labrarse, o al menos intentarlo, una vida mejor. Una hora de camino que provocó que el pelo y las cejas del pequeño se congelasen.
Cuando Fuman llegó a clase, en el colegio de Shaoton, en la provincia china de Yunnan, el profesor decidió hacerle unas fotos y compartirlas. Fue su forma de reconocer el valor de este pequeño alumno de ocho años al que sus compañeros miraban con las sonrisas propias de la edad al ver el aspecto ‘cómico’ para ellos de su amigo.
Pese a tener sus manos doloridas y quemadas por el frío, hizo el examen, como declaraba el director del colegio al medio chino People’s Daily, que ha colgado las imágenes en su página de Facebook.
El protagonista de esta historia vive con su abuela y su hermana mayor. Ellos tres solos. Su madre les abandonó cuando él era pequeño y su padre, al que hace mucho tiempo que no ve, tuvo que emigrar en busca de un empleo que le ayudase a enviar dinero a su familia.