Los centros educativos en Ecuador se han convertido en espacios donde los jóvenes pueden innovar y poner en marcha pequeños emprendimientos como parte de sus proyectos académicos y que en el futuro pueden funcionar como sus negocios propios.
Ricardo Molina y Rafaela Albuja tienen 17 años y cursan el último año en el Colegio Shakespeare de la capital ecuatoriana. En este periodo lectivo encontraron un nicho de mercado que aún no ha sido explotado en el país y que se convertirá en su primer negocio: cuadernos para zurdos.
A través de una relación familiar cercana, Molina descubrió las incomodidades por las que pasan los zurdos al momento de escribir.
“Yo estaba conversando con mi hermano (zurdo) quien estaba haciendo deberes y veía que cuando él escribía viraba un montón el cuaderno (…) y dijimos que en lugar de que el zurdo se gire, por qué ya no darles el cuaderno girado, y en realidad es un impacto muy grande el que tienen”, dijo a Andes Molina.
Así nació el emprendimiento denominado ‘Leftbook’, creado por Ricardo, Rafaela y otros dos alumnos del colegio Shakespeare, que integró hace nueve años dentro de su malla curricular un concurso anual para impulsar a los mejores equipos de sexto curso para el emprendimiento juvenil.
El Leftbook se abre “de atrás hacia delante”, y tiene una ligera inclinación que permite a los estudiantes zurdos escribir con mayor comodidad en sus mesas o pupitres.
“Nos dan un plazo de tiempo, que dura todo el año, donde nosotros nos tenemos que reunirnos para desarrollar ideas (…) todo es un proceso: de crear, pensar en el producto, hacerlo manufacturar, hacer pruebas, prototipos (…) y nuestros papás son los principales inversores”, afirmó Albuja.
Pese a que en el proceso de producción el equipo sufrió algunas incomodidades como la impresión de los ejemplares y el anillado de los cuadernos, los jóvenes lograron ganar el primer premio de emprendimientos de este 2018.
“En Ecuador no existía este tipo de cuadernos, en otros países sí teníamos conocimiento de que existían pero nunca se han hecho así (aquí)”, agregó Molina.
La reacción por parte de los primeros usuarios del Leftbook fue inmediata. “Los primeros clientes, mi tío, mi primo de 10 años, me compró siete de una (…) y notas diferencia a la hora que escriben”, apuntó el joven.
Este equipo informó que, dentro de su recinto educativo, existen entre uno a dos zurdos por clase. Debido a su gran aceptación a través de llamadas, redes sociales y la comunidad local creen que sería «un desperdicio“ dejar este proyecto estudiantil, por lo tanto seguirán comercializandolo.
Humberto Herrera, rector del colegio Shakespeare, explica que se puede promover la capacidad creativa e innovación de sus estudiantes con el apoyo ofrecido a través de un ‘coworking’, un espacio que está diseñado para que los jóvenes, padres de familia y sus mentores concreten sus proyectos innovadores.
En esta unidad educativa son 600 alumnos en total que cursan cuarto, quinto y sexto curso, ahí empiezan los proyectos, después de que los jóvenes participan de una feria de emprendimiento, un concurso interno, y como requisito para graduarse, defienden ante sus padres el emprendimiento realizado en esos años.
Los ganadores del segundo lugar son dos jóvenes que elaboraron un quitamanchas de alimentos, que se destaca de su competencia por su base de agua oxigenada, lo que evita el uso de ácidos ni cloros y lo vuelve amigable con el medio ambiente.
“No se utilizar cloro, no daña la ropa, no blanquea, es muy efectivo”, detalló Paula Vejar sobre ‘Quickclean’, estudiante de sexto curso con 17 de años de edad, en referencia a su producto propuesto en el marco de creación de emprendimientos.
Esta idea surgió de una idea colectiva. Francis Oñate, integrante de este grupo, indicó que se concentraron la efectividad de su quitamanchas en manchas de vino, salsas de tomate, chocolate, café y helado de mora.
Con este emprendimiento, ambas señalaron que su primera producción fue de 150 unidades. La materia prima “no es costosa y bastante accesible“.
Con este aprendizaje, Vejar resaltó el impulso de su colegio para obtener su logro, la receptividad de usuarios que comentaron su efectividad y seguir evolucionando para crear otros productos.
La importancia de apoyar jóvenes emprendimientos
Juan Salazar, analista la Alianza para el Emprendimiento e Innovación del Ecuador (AEI), precisó a este medio la importancia de enseñar a nuevas generaciones jóvenes de emprender sus propios proyectos.
“Muchos de los emprendimientos surgen desde estos espacios, desde las mentes jóvenes con ideas nuevas, es muy importante apoyar estos espacios (…) y empiecen a desarrollar capacidades para entender cómo funciona un emprendimiento, no sólo económicamente, sino legal, de manufactura y qué conlleva sacarlos adelante”, manifestó Salazar.
El experto indicó que la AEI dispone de una red de mentores, de diferentes especialidades, y apoyar a los emprendimientos estudiantes a integrarse a la red de AEI.
La AEI es una red de 100 instituciones públicas, privadas y educativas, quienes trabajan de forma coordinada para promover el emprendimiento y la innovación en el país.
En tercer lugar del concurso de emprendimiento de esta escuela, quedaron Camila Benalcázar, Camila de La Torre y Leonardo Villareal, quienes tuvieron una idea para ofrecer al mercado ecuatoriano un producto artesanal natural.
Su iniciativa emprendedora, llamada ‘DermabEc’ consistió en ofrecer productos de cuidados de la piel, a base de plantas nativas ecuatorianas, recolectadas principalmente en la localidad de Nayón (Quito) y centros naturistas, como la caléndula y hierbamora.
En presentaciones de vidrio, este equipo fabricó personalmente sus jabones, que vendían en eventos sociales, que tomaban días enteros para producir sus productos.