En la vida, en el deporte, en las carreras, siempre hace falta un poco de suerte y después, una vez ésta te sonríe, hay que saber agarrar el toro por los cuernos y jugársela, tal como ha hecho Richard Carapaz en los metros finales de la cuarta etapa del Giro de Italia, de 235 kilómetros, entre Orbetello y Frascati. El corredor ecuatoriano ha sido el más osado en la recta final del cuarto asalto de la Corsa Rosa, una valentía que ha tenido su premio, otorgando el primer triunfo para Movistar en este Giro y la segunda victoria para él después de la lograda en la octava etapa del año pasado.
Carapaz supo, tuvo la suerte, de estar colocado en el grupo delantero del pelotón, evitando una dura caída a unos seis kilómetros de meta que tuvo sus consecuencias, tanto para el desenlace del día como para el futuro de la carrera.
Después de cazar a Maestre y Frapporti, los dos supervivientes de la fuga del día el pelotón mantuvo la velocidad de crucero, conocedor de la dureza que le espera al final, pero lo que nadie podría esperar es que en el seno del pelotón se produjera una caída que afectara de una manera u otra a piernas ilustres como las de Tom Dumoulin, Simon Yates , Mikel Landa o Ion Izagirre. Unos por besar el duro asfalto o el verde de los laterales y otros por quedarse cortados.
Entre los doloridos, Ion Izagirre y Tom Dumoulin, a quien se vio en serios problemas, con la rodilla sangrando, el rostro desencajado, y dificultades a la hora de pedalear. Sus compañeros le esperaron y le acompañaron a meta, donde perdió más de cuatro minutos, y veremos si el tema va a mayores. Pinta mal.
En el segundo grupo, Yates y Landa, cortados, no así Rogli c, siempre bien colocado. Pero el líder del Giro poco pudo hacer para frenar el ataque de Carapaz. En cuanto se produjo el corte tras la caída FDJ y UAEse pusieron a tirar como posesos, en un grupo de sólo ocho unidades, mientras por detrás Landa iba con la lengua fuera intentando enlazar.
La victoria era cosa de estos ocho elegidos. Dicen que quien da primero da dos veces y eso es lo que hizo Richard Carapaz, que saltó como con una fuerza brutal a falta de unos 500 metros. Roglic intentó secarle, pero rápidamente se sentó, señal de que no llegada.
Gran triunfo de Ricard Carapaz al fin, recuperando el tiempo perdido el día anterior y avanzando puestos en la general. A 18” entraron Nibali y Yates, a 43” Landa y a algo más de 4’ Dumoulin. El Giro, esa carrera loca que tanto gusta, es impredecible y cruel. (Mundo Deportivo)