La voracidad de Cristiano Ronaldo no tiene techo. No es ningún secreto. ‘¿Por qué no?’, se debe preguntar la estrella lusa en Rusia cuando piensa en ganar el Mundial. Ya es campeón de Europa con su selección y lo ha ganado todo con el Madrid. No hay objetivo inalcanzable para un delantero como él, que sigue alimentando su sueño marcando el paso de Portugal y de este Mundial, del que ya es el máximo goleador. Derrotada -y eliminada- Marruecos por la mínima, el primer paso que es estar en octavos está ya al alcance de la mano para los lusos.
Las existencias de Coca-Cola se agotaron en el vestuario marroquí antes del partido, completamente sobreexcitados los pupilos de Renard, protestando al árbitro hasta el vuelo de las moscas. No contribuyó a serenar los ánimos el gol de Cristiano apenas cuatro minutos después del pitido inicial. Un córner ensayado que acabó con el centro de Moutinho y un precioso remate en plancha del astro portugués, que sigue dejando su sello en Rusia. Igualado el martes en el pichichi por Cheryshev, CR7 volvía a coger ventaja. Por el bien de la salud, los médicos desaconsejan retar a un duelo goleador a Ronaldo si no te llamas Lionel.
Marruecos volvió a dejar buena imagen pero no supo culminarla con goles
El tanto fue un duro golpe para Marruecos, que ya venía tocada de su derrota a última hora frente a Irán. Pero como ya hicieron entonces, dejaron entrever todas sus armas sobre el césped del Luzhniki. Un enorme talento en la línea de tres cuartos y una preocupante falta de gol. Boutaib sustituyó a El Kaabi en punta, pero sus prestaciones fueron igual de deficientes.
Portugal vive de Cristiano, que no es poco, y parece no tener reparos en dejarlo claro. Poco más tuvo que ofrecer el equipo de Fernando Santos. Ante España fue su único argumento y repitió en la segunda jornada. Sólo Moutinho, omnipresente, le acompañó, en su caso, en tareas de destrucción ante las continuas llegadas de los norteafricanos.
Crecía Amrabat por banda y se colgaba los galones Ziyech, marginado el talentoso Harit al banquillo. No tenía problemas en la creación Marruecos, pero se le multiplicaban en la definición, a lo que también contribuyó el siempre seguro Rui Patricio, eterno portero del combinado luso. Se lo gana a pulso.
Guedes tuvo en sus botas la sentencia, pero El Kajoui se convirtió en un muro para desviar el balón y todo quedó abierto para la segunda parte. La derrota suponía la eliminación matemática de Marruecos y eso se notó en el terreno de juego, absolutamente dominado por las camisetas rojas. Movía rápido el balón y merodeaba el área de Portugal una y otra vez el combinado africano, pero Rui Patricio desesperaba a Belhanda, que creyó tener el gol en su cabeza.
Con la misma receta que le condujo a ganar la Eurocopa, con la racanería por bandera, la selección de Fernando Santos fue desbaratando todos los intentos de Marruecos por empatar y fue apagando poco a poco sus ánimos. El balón parado se acabó convirtiendo en el mejor recurso de los magrebís, incapaces los lusos de defender esas acciones, pero de nuevo libraron el empate en parte gracias al punto de mira desviado de Benatia. No hay mejor receta para la victoria que un gol de Cristiano. A Portugal no le hace falta nada más.
Ficha técnica
Portugal, 1 – Marruecos, 0
Portugal: Rui Patricio; Cedric, Pepe, Fonte, Guerreiro; William Carvalho, Joao Mario (Bruno Fernandes, m.70), Moutinho (Adrien Silva, m.88), Bernardo Silva (Gelson Martins, m.59), Guedes; y Cristiano Ronaldo.
Entrenador: Fernando Santos
Marruecos: Munir; Dirar, Benatia, Da Costa, Achraf, Noureddine Amrabat, Al Ahmadi (Fajr, m.85), Boussoufa, Ziyech, Belhanda (Carcela, m.75) y Boutaieb (El Kaabi, m.69).
Entrenador: Herve Renard
Gol: 1-0, M.4: Cristiano Ronaldo.
Árbitro: Mark Geiger (USA). Amonestó a Benatia (m.40) y Andre Silvva (m.93).
Incidencias: partido de la segunda jornada del grupo B disputado en el estadio Luzhniki de Moscú ante 78.011 espectadores.