Rusia registró este miércoles un nuevo récord de 984 muertes por COVID-19 y se acerca a la barrera de los mil decesos diarios por esta enfermedad contagiosa, según los datos publicados por el centro operativo de lucha contra la pandemia del coronavirus.
Este nuevo máximo eleva el total de fallecimientos a 219.329, si bien las estadísticas oficiales sobre exceso de muertes en el mismo periodo triplican esta cifra.
Además se detectaron 28.717 nuevos casos en las 85 regiones del país última jornada, 2.493 de los cuales fueron en personas asintomáticos. Según la jefa sanitaria de Rusia, Anna Popova, actualmente se registra un incremento de la incidencia del coronavirus en 77 regiones rusas.
De acuerdo con el ministro de Salud, Mijaíl Murashko, en Rusia el número de nuevos casos de coronavirus se ha incrementado en un 16% solo durante la última semana.
En Rusia los contagios han aumentado de manera considerable desde la segunda mitad de septiembre, crecimiento que se ha intensificado en octubre, acercándose al récord de fines de 2020.
Más del 90% de las camas dedicadas a pacientes de COVID están ocupadas ya en Rusia, según dijo. El 11% de los pacientes hospitalizados se encuentran en estado grave y casi ninguno estaba vacunado.
En total en más de 600 escuelas en 25 regiones rusas las clases han vuelto a ser a distancia y 117 guarderías en 22 regiones han sido cerradas debido al elevado nivel de infecciones.
Las autoridades atribuyen el empeoramiento de la situación epidémica a la variante delta de coronavirus, a la coincidencia con la temporada de la gripe y a las reticencias de la población a vacunarse.
Hasta ahora poco más de 45 millones de personas (el 30,9% de la población) se ha vacunado con la pauta completa, una cifra por debajo del promedio mundial (35%), pese a la amplia disponibilidad de vacunas en el país. Y solo el 34% tiene al menos una dosis.
Varios sondeos muestran que más de la mitad de los rusos no planean vacunarse, tal y como ha recogido el diario ruso The Moscow Times. Ante esta situación, al menos 72 de las 85 regiones han introducido o sopesan introducir vacunaciones obligatorias para ciertos sectores de la población, entre ellos los que trabajan en el sector público, la industria textil o la hostelería.
Pese al rápido aumento de los casos y de la mortalidad, el Kremlin ha descartado una cuarentena nacional y ha delegado en las autoridades regionales las competencias sobre restricciones asociadas al coronavirus.
Algunas regiones rusas han restringido la asistencia a eventos multitudinarios y limitado el acceso a restaurantes, teatros y otros recintos a personas vacunadas, recuperadas hace poco del COVID-19 o con una prueba negativa de las 72 horas anteriores.
Sin embargo, la vida continúa casi como de costumbre en Moscú, San Petersburgo y muchas otras ciudades rusas, donde las empresas trabajan con normalidad y las normas sobre mascarillas apenas se vigilan. Las autoridades moscovitas ampliaron las pruebas gratuitas de coronavirus en centros comerciales con la esperanza de que ayudara a detener los contagios.
Según Popova, para aumentar la tasa en 38 regiones se han adoptado disposiciones para la vacunación obligatoria de ciertas categorías de ciudadanos. Además, en 64 regiones rigen restricciones para las personas mayores de 65 y en 26 se han introducido códigos QR para eventos culturales. En 22 este código es requisito para entrar en restaurantes y en 25 a eventos deportivos. En 13 regiones se exige el QR en hoteles.
En total, Rusia suma ya 7.832.964 casos de la enfermedad infecciosa desde el inicio de la pandemia, lo que le convierte en el quinto país con más contagios a nivel mundial, solo por detrás de EEUU, la India, Brasil y el Reino Unido. También registra 218.345 muertes, la cifra más alta en Europa. La agencia estatal de estadística Rosstat, que también cuenta las muertes en las que el virus no se consideró la causa principal, ha reportado una cifra mucho mayor, unos 418.000 fallecidos con COVID-19.