Este viernes 1 de junio se celebra el Día del Niño y en nuestro país las diferentes entidades educativas buscan un espacio lúdico para que los más pequeños de la casa puedan compartir con sus amigos.
¿Pero qué pasa con aquellos chicos que ante una celebración como esta, prefieren algún regalo tecnológico o estar conectados todo el día en internet? Aunque muchos menores de esta época, los también llamados »niños de la generación Z» identificados de esta manera porque sus actividades cotidianas, relaciones personales, pasatiempos y otros ámbitos están 100% relacionados con las nuevas tecnologías, esperan este día recibir un nuevo celular, una tableta o el último videojuego, sus progenitores aclaran que buscan que ellos tengan un día más normal, más familiar, más natural, alejados de la televisión, los juegos en línea y principalmente el internet.
Sobre este tema, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publicó las cifras de los menores que están involucrados con la tecnología. Así, el 89,9% de niños en Ecuador tienen un smartphone y utiliza las redes sociales.
Para la psicóloga clínica y educativa Blanca Zea, los niños buscan refugiarse más en internet porque no tienen la debida atención de sus progenitores. »Los padres deben buscar actividades al aire libre, hacer una comida en familia, interactuar con el menor; el entorno del niño debe ser más natural», sostuvo. Esta opinión es puesta en práctica por María Isabel Neira, madre de Isabella, de 10 años.
Ella explicó que se reúnen este día en casa de algún familiar de su esposo con todos los pequeños de la familia, a quienes les preparan una comida acompañada de unos dulces y juegos. Acerca de la tecnología, esta odontóloga de profesión dijo que debe ser supervisada. »Bajo el punto de vista educativo estoy de acuerdo con la tecnología porque todo está a la mano, pero siempre el niño debe estar vigilado por un adulto».
Neira agregó que su postura es afirmativa a que un niño tenga un celular, pero aclaró que este no debería tener internet. »El celular no debe ser el último que salga al mercado y solo debe servir para recibir y realizar llamadas de emergencia». Esta misma forma de pensar la comparte Carla Carvajal, quien se desempeña como auditora y deja a sus dos hijos, Ricardo (12) y Carlita (5), al cuidado de su madre mientras trabaja.
La progenitora comentó que su hijo Ricardo ya estaba siendo adicto al celular, esto lo descubrió cuando la llamaron las autoridades del colegio en que estudia el menor para comentarle que se dormía en clases. »Llegó un momento que mi hijo rebuscaba el celular que yo dejaba escondido.
Al principio se volvió una situación incontrolable, pero cuando descubrimos que Ricardo se quedaba hasta la madrugada navegando en internet, tomé las acciones respectivas y pudimos controlar este tema», afirmó. Carvajal comentó que ahora el menor tiene reglas con el uso del celular y solo lo utiliza cuando ella está en casa para supervisar lo que está viendo.
»Ya hemos superado el incidente del celular; ahora él se esfuerza en sus estudios y sus notas han mejorado, pero pienso que esto se logró porque intervenimos a tiempo». Acerca del celular, los juegos en línea y las tabletas, la psicóloga Zea dijo estar de acuerdo con su uso, pero en la casa deben existir reglas y límites, sin olvidar que los padres deben poner el ejemplo con la tecnología.
Ana Aspiazu, madre de Agustín (8) y Elisa (5), señaló que aunque le gustaría alejar a sus hijos de la tecnología, sería totalmente ilógico, ya que es parte del día a día; por ello, insistió en que cuando existen reglas, límites y supervisión los pequeños deben utilizar las herramientas tecnológicas.
»Los niños utilizan las tabletas solo los fines de semana y nada más de una a dos horas». Hoy Aspiazu celebrará el Día del Niño junto con sus hijos con el desayuno en la cama. »Lo hemos enfocado en que no hay que darte un regalo sino reintegrar la unión familiar, siempre tratamos de hacer sentir a nuestros hijos especiales».
Zea explicó que los niños de ahora se imponen, quieren ejercer lo que ellos quieren; esto producto de que existen padres permisivos. »Vivimos en sociedades permisivas, donde el niño quiere imponerle al adulto, hay que darle límites a los menores, hay que darle tecnología pero no exagerar», aclaró la psicóloga educativa. (El Telegráfo)