SISMO | Los milagros sí existen. Historias de sobrevivientes en El Oro que viven para contarlo

FC/Diario Extra.- Lo que hizo colapsar a Gustavo Bustamante Márquez, de 44 años, al mediodía del sábado 18 de marzo de 2023 fue ver la silla en la que comía su bebé de 8 meses, Ceci, colgada de una pared en la estructura de la vivienda de siete pisos en la que residía junto con su esposa Dina y la pequeña, “el gran amor de su vida”.

“En ese momento me derrumbé yo también”, dijo él, entre lágrimas, un día después del sismo que azotó gran parte del país y que dejó el centro de Pasaje, localidad de la provincia de El Oro, con más de 250 personas heridas, un fallecido y 80 viviendas afectadas.

El sábado 18 de marza, a las 12:12, hora en la que inició el movimiento telúrico, Gustavo estaba por ingresar al edificio, una propiedad familiar, ubicada entre las calles Juan Montalvo, entre Bolívar y Sucre, centro de Pasaje.

“En el momento en el que yo abrí la puerta, empezó el remezón. Si yo hubiera llegado dos minutos antes, me hubiera quedado atrapado en las escaleras”, explica. Gustavo dice esto último con tanta seguridad porque él vio cómo cada uno de los seis pisos de aquel inmueble del patrimonio de su familia construido en 2002 cayeron sobre él.

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Cerca de 90 viviendas quedaron destruidas en localidades de la provincia orense.ÁLEX LIMA

“Yo sabía que, por lógica, mi esposa y mi hija, que estaban en el séptimo piso, no iban a sobrevivir. Allí yo ya no supe qué hacer y llamé a mi papá”. El padre de Gustavo, de quien también heredó el nombre, no sabía que algo tan grave como que la única niña de sus nietos y su nuera estén atrapadas en medio de los escombros era la emergencia por la que su hijo lo estaba llamando.

“Tuve muchos momentos de subida y bajada. Yo, cuando vi lo que había quedado de la estructura, creía que las había perdido”, recuerda el hombre, quien ahora sonríe con más orgullo que nunca al tener a su bebé dormida en su hombro.

Gustavo no dudó ni un segundo en meterse a la edificación tambaleante, pues escuchó que alguien gritaba su nombre y supo que era su esposa. “Cuando entré no había cómo subir porque la losa estaba en el primer piso y no había escaleras. Luego, intenté treparme por la casa de los Peña (vivienda de dos pisos también colapsada) y escuché más cerca el grito de mi nombre”, relató con ilusión.

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Una panorámica del desastre causado por el temblor del mediodía del sábado 18 de marzo de 2023.ÁLEX LIMA

Lo que sorprende del suceso al que Gustavo considera como un milagro es que la madre y la bebé cayeron sobre los escombros de la casa de los Peña y estaban esperando a que él las ayudara. “Ella (su esposa) ahora me dice que sabía que yo iba a llegar, ella estaba segura”.

Tras el tremendo susto, la pareja y su hijita ahora permanecen en casa de los papás de él.

Durmieron en la calle

El almacén de venta de calzado de Alejandro Salinas, en la calle Juan Montalvo entre Sucre y Bolívar, quedó ‘patas arriba’ luego del temblor del sábado 18 de marzo.

“Mi local está hecho un desastre, pero lo bueno es que la mercadería no se daña”, afirmó Alejandro, de 67 años, al ver lo que fue su lugar de trabajo luego de haberse retirado de la milicia hace más de 20 años.

Los cantones Pasaje y El Guabo se encuentran en emergencia

Su residencia, en los dos pisos superiores al almacén estaba igual: lleno de vidrios rotos y miedo. No querían pasar la noche dentro de la edificación.

Alejandro junto con su esposa, de 62 años, su nieto Ronaldo, de 3, y su hijo Mario, de 33, optaron por la dureza y frialdad del balde de la camioneta de Alejandro parqueada frente a la vivienda para pasar la noche.

La idea del refugio surgió de la ‘doña’.

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En el balde de la camioneta frente a la vivienda, Alejandro Salinas pasó con su familia.ALEX LIMA

A las 02:00 del domingo 19 de marzo, ellos descansaban bajo un toldo sostenido por un tubo metálico a los lados del espacio para carga de la camioneta.

En la calle Comercio, una de las principales de Pasaje, una familia de colombianos conformada por cuatro adultos y una niña de 3 años planeaban dormir en el local que regentan porque su departamento, en un edificio esquinero, estaba peligrando.

“Tenemos abierto el local porque no tenemos adónde ir y no porque queremos hacer negocio ahorita”, dijo Adrimar Galvez, la madre.

A ellos los acompañaba Maggi, una perrita Schnauzer de color negro. “La escalera del edificio quedó totalmente destruida. Subimos solo a ver lo necesario porque estamos en peligro”, dijo Marisol Gutiérrez, la hija de Adrimar.

Ellos y otras familias, en Pasaje, durmieron fuera de sus casas por el temblor.

LOS ENCONTRARON ABRAZADITOS EN EL AGUA

“Soy una de las sobrevivientes. Estoy golpeada porque pedazos de concreto me cayeron en el brazo y pierna, pero pude salir a la calle con mis hijitos. En cambio, mi hermana intentó salir con sus hijos y la abuela, pero un puente de madera que hay en el estero se cayó y quedaron incomunicados, ellos se pusieron en la puerta del baño, pero la casa cedió completamente; paredes y palos los aplastaron”, dijo Dolores Barre, al recordar el momento de terror que vivieron a las 12:12 del sábado 18 de marzo por el sismo.

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Los restos de una de las viviendas sumergidas en el estero Huaylá.EXTRA

En el barrio 4 de Abril, en Machala, El Oro, el temblor dejó un dolor desgarrador. Una familia  murió sepultada bajo los escombros de una vivienda de construcción mixta (caña y cemento) que se derrumbó al agua.

Dolores cuenta que hermanos y sobrinos de una de las fallecidas se metieron al estero Huaylá en Puerto Bolívar para rescatarlos. Para sorpresa de todos, cuatro miembros de una misma familia estaban abrazaditos.

“Daba mucha pena cómo estaban, los sacamos y subimos a un vehículo para llevarlos al hospital, pero allá nos dijeron que estaban fallecidos”, comentó Víctor Cheme, padre de los dos menores de 7 y 2 años fallecidos.

MACHALA
9 personas fallecidas
45 personas heridas

EL GUABO
1 fallecido
20 heridos

PASAJE
1 fallecido
250 heridos

Él no se encontraba en casa al momento del sismo. El movimiento telúrico lo cogió en el Golfo de Guayaquil, donde estaba pescando. Al llegar, estaba sin casa y sin su familia.

Un día después del temblor, los cuerpos fueron velados en el barrio 4 de Abril, entre las carencias económicas de los parientes.

En la calle Olmedo se instalaron dos carpas para velar a estas víctimas del sismo. “Mi niño, tantos sueños que tenía con él y que ya no los podré cumplir, ellos apenas estaban creciendo”, decía una tía de los menores, quien también sobrevivió al derrumbamiento de su casa.

Según expresaron unos familiares, la mañana de este lunes 20 de marzo será el sepelio.

En este barrio machaleño hay 25 familias damnificadas; al menos 20 casas ubicadas al pie del estero Huaylá quedaron en escombros. En unos inmuebles vivían hasta tres familias.

Esa escena dolorosa estaba complementada con los pocos enseres de afectados que pudieron recuperar del estero, los cuales estaban mojados en la calle.

Hasta ese lugar llegaron autoridades para ofrecer ayuda.

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En la calle Olmedo velaron a la mamá y sus dos niños que murieron aplastados por el derrumbe de su casa en Puerto Bolívar.EXTRA

SUEÑOS ROTOS

Otra realidad se vive al este de Machala, donde velaban a los integrantes de otra familia que también perecieron por el desplome de una casa.

Las víctimas: una pareja joven que hace ocho meses inició un emprendimiento en el centro de Machala.

Eran Marjorie Arias Soto, de 24 años, y Álex Regalado, de 26, quienes arrendaban un local para vender plásticos. La niña tenía apenas 7 meses de nacida y la madre la llevaba al local para ayudar en las ventas a su esposo.

Cuando ocurrió el sismo, Marjorie estaba con su esposo e hija en el local en la planta baja.

Según la información recopilada, apenas sintieron el movimiento ellos salieron a la calle, pero cuando corrían una casa se vino abajo, aplastando a la pareja y a su bebé.

“Ellos tenían muchos sueños, una pareja muy joven que recién estaba empezando, solo me dejan un niño de un año y 6 meses. Los sueños quedaron truncados debido a la fuerza de la naturaleza, eso es cosa de Dios, ya no podemos hacer nada”, dijo Fernando Soto, padre de Álex, quien era velado con su amada e hija en el barrio Velasco Ibarra. (FC)

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