El desierto del Sáhara experimentó una inundación sin precedentes en 50 años, debido a un ciclón extratropical que dejó zonas como Marruecos, Argelia, Túnez y Libia completamente cubiertas de agua.
La región del Sahel, que generalmente recibe pocas precipitaciones, vio un incremento del 1.000% en las lluvias, lo que mostró imágenes sorprendentes de paisajes inundados y transformados.
En la localidad de Merzouga, al sureste de Marruecos, lagos normalmente secos ahora están llenos, tras lluvias torrenciales que causaron daños y pérdidas humanas.
El desierto del Sáhara, con una extensión de 9,2 millones de kilómetros cuadrados, es conocido por su clima extremo y su vegetación escasa.
Sin embargo, las recientes tormentas modificaron temporalmente su paisaje y mostraron franjas de vegetación en áreas que habitualmente carecen de ella. Estas tormentas avanzaron más al norte de lo habitual, lo que algunos científicos atribuyen al cambio climático, y generan un impacto visual sorprendente en este vasto entorno árido.