Es padre de Fabianna, de 4 años, y Lucciana de 2, manabitas al igual que su esposa. Se conoce Ecuador ‘al derecho y al revés’. Ahora su nombre ya está en la boca del hincha del Barcelona. Es Fabián Bustos, mejor conocido como Toro, el nuevo técnico del Ídolo.
El pasado domingo fue campeón con Delfín de Manta, el lunes fue presentado en Guayaquil como estratega torero, el martes estuvo en el sorteo de la Copa Libertadores y en este momento disfruta de unas pequeñas vacaciones en Córdoba, Argentina, con su madre y hermano.
En exclusiva, el nuevo timonel del club canario abrió su corazón para mostrar al ser humano que está detrás del profesional del fútbol, que llegó como futbolista en 2000 al Ecuador para quedar en Manabí.
¿Quién le puso el Toro Bustos?
Un periodista en Buenos Aires, cuando fui a jugar en el torneo Nacional B. Me decía que tenía mucha fuerza, eso fue en 1991, luego todos me llamaron así.
De toro a torero… la cosa cambia.
Hay una diferencia grande, no entiendo mucho la materia de las corridas de toros. Pero ahora soy torero y eso me tiene feliz.
No hay que olvidar que el torero es quien maneja la situación.
Ha sido un año a full: quedó campeón y luego viajó a Asunción. ¿Qué hará en los pocos días de vacaciones?
El 2019 ha sido espectacular, pero el 2020 se viene el desafío más grande para mi carrera al estar en Barcelona.
Ahora son cortas las vacaciones. Llego a Córdoba (Argentina) a darle un abrazo a mi madre, saludar con mi hermano Diego y disfrutar al máximo unos tres o cuatro días.
¿Cuándo vuelve?
El 23, antes de Navidad estaré en Guayaquil. No se puede perder tiempo, voy a pasar las festividades en Ecuador entre la familia y la planificación, no podemos perder tiempo. El 26 de diciembre arrancamos con todo (la pretemporada).
¿Cómo sacarse el estrés de toda la tensión en estos días?
Hay algo que me gusta, siempre voy a preferir la presión, la tensión es algo que disfruto al máximo. La adrenalina de sentirme en un lugar que es de mucha responsabilidad es sentirse vivo.
Los últimos 10 años ha pasado más en Manabí que en Argentina.
Sí, a estas alturas soy más manabita que argentino. Los últimos 10 años he pasado en Manabí con Liga de Portoviejo, Manta y Delfín, acostumbrado a la deliciosa comida, mi esposa es manaba, mis hijas también. Me siento muy identificado con esta provincia.
¿Qué le dijeron su esposa y la familia de ella cuando supieron que dirigiría al Barcelona?
La noticia en la familia de mi esposa fue una revolución total para los que viven en Manabí, en Quito y los que están en Estados Unidos. Es una locura lo que significa Barcelona para el país.
Mi suegro es barcelonista de toda la vida; es una familia muy futbolera y numerosa. Eso hace que todos estén contentos por mi llegada al Ídolo.
Usted es un tipo tranquilo, cero dramas, cero farándula, ¿eso ayuda mucho en el fútbol?
Las poses y las cosas extrafutbolísticas no me preocupan tanto. Lo que más me llama la atención es lo que tiene que ver con el trabajo, lo que en realidad deseamos a nivel de juego. Lo demás es frivolidad. La farándula me parece normal, no me molesta. Si tengo que hacer algo por el bien del equipo, no hay problema.
Sus hijas crecieron escuchando todo sobre Delfín, ahora deberá vestirlas de amarillo.
Mis hijas se han criado escuchando sobre Delfín, ellas cantan y saben todo lo del escudo del club. Ahora van acostumbrarse solas (al nuevo equipo) cuando vayan al Monumental, seguro de que van a cantar cuando escuchen a la barra de Barcelona, eso es contagiante.
Hizo historia con Delfín, ¿qué es lo que más le gustó de su paso por esa institución?
Hemos demostrado que se puede ser competitivo contra los mejores gracias al esfuerzo, trabajo y la unión. Muchos jugadores se han posicionado y eso es bueno. Los chicos han sido llamados por otros equipos y eso me gusta.
¿Cree que al llegar a Barcelona su vida será más expuesta a los hinchas?
Llegar a Barcelona es tan grande que de seguro que uno no va a pasar desapercibido en muchas situaciones que antes eran normales. Ese es el desafío y las repercusiones de lo que hagamos.
¿Y qué le han pedido los hinchas?
La gente se acerca con muchos anhelos de que las cosas salgan bien con Barcelona.
¿Qué pasó por su mente durante la definición por penales?
Me pasó de todo por la cabeza. Sí veía los penales, pero entre cada disparo pensaba mil cosas. Me dio tranquilidad cuando Carlos Garcés fue a cobrar el último penal, me daba total confianza, pero la pelota no entró.
¿Creía que Pedro Ortiz iba a tener su tarde?
En el último penal se me cruzó por la mente como una señal que venía de arriba que él iba a tapar el penal. Fue increíble, un momento en que las piernas se aflojan y la emoción fue tremenda. Yo venía de pasar problemas familiares que me dolían, como la pérdida de mi padre hace un año, la de mi suegra hace poco. Situaciones que en ese momento a uno lo debilitan.
Algún mensaje para los hinchas de Barcelona
Es verdad, la mayoría (de lectores) son de Barcelona. Solo decirles que vamos a trabajar de la mejor manera para tener un equipo competitivo y que pelee todos los juegos que tengamos. Sé la responsabilidad y lo que la gente y la dirigencia quieren, vamos a enfocarnos en eso. Queremos tener al equipo en lo más alto.
Su cuenta de redes sociales comenzó a aumentar de seguidores en esta semana, ¿cuánto tiempo les dedica?
Twitter lo sigo a diario, me da mucha información. Y van subiendo los seguidores por la influencia que tiene Barcelona.
Comenzará la Libertadores contra Progreso.
Es un equipo duro que terminó bien el año, peleando las cosas importantes, será un gran rival. Ellos han mantenido la base con la que jugaron todo el año. Solo se ha ido un zaguero que se fue a The Strongest de Bolivia. Es un equipo duro como todo uruguayo, pero nosotros ya la otra semana comenzamos a trabajar de lleno con los chicos.
La última, ¿qué tan bien se portó para que Papá Noel le traiga todo este año?
Sé que soy un bendecido y que el trabajo de los jugadores, la labor del presidente y el cuerpo técnico nos acercó al primer título para Manabí y nos llevó al equipo más grande como es Barcelona. Es pura felicidad, no hay más que pedirle, solo volver a trabajar y hacer las cosas bien. (Extra)