TECNOLOGÍA | La inteligencia artificial debe estar en las aulas pero de manera urgente

Lo vemos en cursos en línea, en tutoriales por YouTube o en videos para redes sociales. La expansión de la inteligencia artificial está dando forma a nuevos paradigmas laborales, industriales e, incluso, intrapersonales que requieren de una renovación educativa para que sea útil para los usuarios.

La inteligencia artificial regenerativa es uno de los grandes desafíos tecnológicos de esta década. No solo se trata de chatbots que pueden responder como si fueran humanos o que crean algoritmos para la automatización de procesos. Tal como se ha dicho en la Cumbre de Crecimiento 2023, organizada a inicios de mayo por el Foro Económico Mundial, la inteligencia artificial ahora está abierta para todos, pero su exitoso uso dependerá en gran medida de cómo los gobiernos y los tomadores de decisiones actúen para que la población sepa aprovechar los beneficios de esta tecnología.

Pero para que todo esto sea posible, especialmente en Ecuadornecesitamos ya una ambiciosa reforma educativa que tome en cuenta las necesidades de docentes y estudiantes al momento de manejar la inteligencia artificial. Tendemos a pensar que los debates sobre esta tecnología están bien para los universitarios y académicos, sin embargo, son los más jóvenes quienes la están usando para hacer sus deberes, para resolver las dudas propias de su edad, para descubrir el mundo en el que viven.

Sin lugar a dudas, el avance tecnológico tiene un efecto directo en la educación y en las relaciones entre docentes y estudiantes. Hace un siglo, la tiza era la reina del aprendizaje; hoy en día, y tras la pandemia por el covid-19, los entornos virtuales son espacios de intercambio educativo para reforzar las enseñanzas más allá de los espacios físicos.

La inteligencia artificial regenerativa requiere ser adoptada como un mecanismo que prepare a los estudiantes para encarar los retos de los mercados laborales y entornos sociales del siglo XXI. También tiene que ser vista como una oportunidad para que los docentes mejoren sus procesos educativos.

En un reciente diálogo con expertos sobre los retos educativos de la inteligencia artificial, Jennifer L. Schenker, editora de The Innovator, señalaba que herramientas como ChatGPT no solo sirven para hacer ensayos u obtener respuestas rápidas. Ella ponía este ejemplo: si un docente detecta que un estudiante no avanza en sus estudios según la planificación curricular, puede servirse de la inteligencia artificial regenerativa para adaptar rápidamente el contenido de las clases a las necesidades específicas de esta persona.

La inteligencia artificial está acelerando la cuarta revolución industrial. En esta carrera, la educación no puede ser ajena a un entorno sociotecnológico altamente variable, en constante evolución y que demanda nuevas habilidades que deben ser aprendidas en las aulas.

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