Una investigación del The New York Times revela que durante el mandato del expresidente Rafael Correa, el Sistema Integrado de Seguridad ECU-911 fue utilizado con fines políticos y que desde ahí se espiaron a detractores del régimen.
La publicación que salió a la luz ayer, reveló uno de los ejemplos del espionaje correísta. De acuerdo a la información, Mario Pazmiño, un coronel retirado del Ejército fue espiado en 2013 desde una cámara del Ecu 911, que se instaló cerca de su casa situada en una zona residencial, donde no existen problemas de inseguridad ciudadana. El lente apuntaba directamente al segundo piso del inmueble donde él residía.
Previamente, el ex militar de inteligencia, criticó a Correa aduciendo que su mandato era cómplice de las actividades relacionadas con el narcotráfico en el país. También fue muy crítico de los hechos de corrupción descubiertos dentro de las filas policiales. Eso lo hizo acreedor a una vigilancia personalizada por parte de agentes secretos.
Ante la opinión pública se dijo que el único fin del sistema era velar por el bienestar ciudadano y reducir índices delictivos, pero los videos del ECU-911, que opera desde 2011 y cuenta con alrededor de 4.500 cámaras de videovigilancia en todo el país, eran revisados no solo por la Policía, sino por personal de la Senaín, quienes tienen acceso a los 16 centros de monitoreo, donde trabajan unos 3.000 operadores en todo el país. Toda la tecnología fue adquirida desde China.
“Es una colaboración directa entre ECU-911, la Secretaría de Inteligencia (Senain) y también aquellos que vigilan o persiguen a actores políticos o sociales”, dijo Pazmiño en un testimonio recogido en la nota publicada en el The new York Times.
El mal uso del sistema
Para Ricardo Camacho, analista en temas de seguridad, lo ocurrido con Pazmiño no es una idea a desestimarse. Aseguró que las cámaras tienen un acercamiento potente y una alta resolución que permiten captar detalles.
El experto indicó que durante el correísmo, la Senain se nutrió de información que provenía de distintas fuentes para, desde el poder, diseñar estrategias de ataque a detractores políticos, una de estas fuentes, dijo, podría ser el ECU-911.
“No es descabellada la idea de que el ECU-911 podría haberse utilizado para fines de espionaje. Tecnológicamente el sistema es apto, sí se lo puede hacer”, confirmó Camacho.
El experto, no obstante, destacó las cualidades del sistema, cuando se lo utiliza para fines de seguridad ciudadana. Asegura que es un modelo exitoso para identificar en tiempo real posibles escenarios de emergencia y lograr frustrar hechos delictivos o tomar medidas oportunas si estos se consumaron.
La publicación del rotativo estadounidense corroboró lo expuesto por el analista indicando que Jorge Costa, exdirector de la Senain, confirmó que el organismo de inteligencia tenía acceso a una “versión espejo del sistema de vigilancia policial”.
Sobre esto, Camacho aseguró que el organismo no se abastecía lícitamente de la información.
“En la época que funcionó la Senain la metodología que ellos utilizaron no estaba enmarcada en la Ley”, dijo.
Repercusiones
Martha Roldós, exlegisladora y crítica de la década correísta, aseguró que también fue víctima de espionaje y acoso de hombres del Régimen del anterior gobierno.
Explicó que las consecuencias de los seguimientos ilegales trascendieron de lo privado a lo público, pues el poder utilizó medios de comunicación estatales para difundir su verdad. La exasambleísta recordó las innumerables veces que el expresidente Correa la nombró en las sabatinas para desprestigiarla. Su nombre traspasó fronteras en la cadena internacional Telesur.
Tarea pendiente
Roldós y Camacho coinciden en que al presidente Lenín Moreno todavía le debe a la ciudadanía una explicación sobre las actividades que se realizaban en la Senain.
Camacho considera que debe hacerse una auditoría de gestión que revele los actos de espionaje, escuchas telefónicas y además denunciar estas irregularidades ante la Fiscalía General del Estado.
“Hay un error gravísimo en el actual Gobierno al no transparentar los horrores que se cometieron en la Senain”, concluyó.
Este medio solicitó a la Dirección de Comunicación del ECU-911 una vocería para que explique cuál es el tratamiento legal que se le da al material audiovisual, pero hasta el cierre de esta edición no hubo un pronunciamiento. (La Hora)