Una mujer en Pamplona, España, es la encargada de entender y concluir cuántos kilómetros puede resistir, a cierto ritmo y grado de complejidad en una competencia, el ciclista ecuatoriano Richard Carapaz.
Su nombre es Iosune Murillo y tiene 39 años, de los cuales, al menos 3, ha dedicado a la superación del actual líder del Giro de Italia.
Ella es parte esencial del staff técnico del Movistar Team, pues es quien prepara y entrena a Carapaz mucho antes de que el carchense apareciera en competencias de élite como el Giro representando al equipo de la empresa telefónica.
También fue ciclista profesional, estudió Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, y se especializó para ser directora y entrenadora de ciclismo. En su biografía de Twitter consta que también posee una maestría en alto rendimiento.
Murillo puede dar cuenta de cómo fue el arranque de la ‘Locomotora’ en tierras ibéricas. Al diario El País de España le contó, además de su rol, que la actividad del Giro la sigue desde su computadora en su hogar, en Pamplona. Todos los días recibe llamadas de los integrantes del team, entre estos Carapaz, mensajes, envíos de los datos físicos de la etapa y una valoración subjetiva de su forma. Ella es quien analiza, calcula, y les pide confiar siempre en sus propias capacidades.
La especialista comenta que comenzó a trabajar con Carapaz en el equipo amateur Lizarte, al que lo dirige el exciclista profesional Juanjo Oroz (es su pareja).
Confiesa que su incorporación al Movistar Team se debe fundamentalmente al corredor tricolor.
«Carapaz fue clave. Apostó mucho por mí. Cuando dio el salto, exigió que yo le siguiera entrenando, y, así, poco a poco, este año ya figuro en la estructura del equipo”, explica Murillo.
El País también menciona que el actual dueño de la maglia rosa -desde el pasado sábado- vive en Pamplona hace tres años, y su casa está a pocas calles de la de su entrenadora, por lo que «de vez en cuando» se encuentran, toman café y conversan.
De Iosune Murillo, tiene más que buenas palabras cuando le preguntan si le costó aceptar que una mujer le dijera cómo entrenar. «Con Iosune comencé hace años y siempre he querido que me entrenara ella. Estoy muy a gusto porque es una persona que dialoga, que escucha y, después de eso, decide. Y sabe mucho. No impone. La conversación es fundamental para fijar los criterios y tomar decisiones».
Y no es para menos: la entrenadora es la responsable de su área en los 18 equipos que conforman el UCI WorldTour. (El Universo)