El nivel del embalse de Mazar cae continuamente desde hace dos días, pese a la vigencia del calendario de racionamientos de electricidad, que incluye los cortes de 10 horas continuas para el sector industrial.
La reducción de caudal del río Paute, debido a la falta de lluvias, es uno de los factores que incide en que ese embalse se acerque nuevamente a su nivel crítico.
El jueves, el agua alcanzó una altura de 2119 metros sobre el nivel del mar. Le tomó ocho días subir tres metros y llegar a ese nivel gracias a un corto periodo de lluvias en el Austro y los apagones programados.
Sin embargo, la situación cambió desde el 3 de octubre cuando el agua empezó a bajar. Hasta el medio día de este domingo se ubicó en 2 117 metros, solo a un metro por encima del nivel crítico.
La reducción del embalse coincide con tres días en que la hidroeléctrica Mazar empezó a generar energía al 70 % de su capacidad. La semana previa esa central había permanecido apagada la mayor parte del tiempo para preservar el agua.
La electricidad que ha entregado esa planta ha servido para compensar la reducción de la producción de Coca Codo Sinclair, la hidroeléctrica más grande del país ubicada en Napo, que es afectada también por la sequía del río Coca.
Los caudales de ese río caen sostenidamente y este domingo alcanzó 115 metros cúbicos por segundo, pero la hidroeléctrica requiere al menos 222 metros cúbicos por segundo para funcionar en condiciones óptimas. Por eso, de un promedio de 800 megavatios que estaba generando, bajó a 500 megavatios.
Los nuevos horarios de apagones están vigentes desde el viernes con cortes de hasta seis horas diarias, y ya no las ocho horas y media diarias en promedio de apagones que estuvieron vigentes hasta el jueves. La medida puso presión adicional a las hidroeléctricas porque el consumo nacional de electricidad aumentó en algo más del 6 %.