Yaku Pérez y su mala relación con su viceprefecta

La relación política entre el prefecto y la viceprefecta del Azuay está congelada seis meses después de que asumieron sus cargos. Entre acusaciones y falta de acuerdos para temas transcurren los días en la institución.

El más reciente tema de discrepancia fue la eliminación de la tasa solidaria, que pagan los dueños de vehículos para mejorar la vialidad rural y que Yaku Pérez Guartambel ofreció eliminar. Pero esta decisión no es de su total facultad, sino que debe aprobarse o negarse en la Cámara Provincial.

Del tema, su binomio Cecilia Méndez anunció que no lo apoyará porque cree que ese dinero es bastante útil para las 61 parroquias rurales del Azuay.

Aunque ambos fueron electos por Pachakutik, llegaron por sendas distintas. Pérez hacía activismo social antiminero, mientras Méndez era profesora en la Universidad de Cuenca.

Pérez admite que la relación con  Méndez nunca fue fluida y que esto se reflejó en cuatro momentos:  cuando le hizo un reclamo en la campaña electoral de que su discurso no “destaca” la izquierda y el marxismo; cuando ella le pidió un pago por dedicarse de lleno a la campaña; cuando le pidió ocho puestos  en la Prefectura; y cuando  la encontró posesionada en su oficina luego de un viaje oficial a Estados Unidos.

A esas actitudes, insiste Pérez, se suman dos hechos en el interior de la Cámara:  no apoyó la aprobación el presupuesto 2020  y  la tasa solidaria.

Pero la viceprefecta refuta parcialmente las acusaciones. En cuanto al supuesto pago que pidió, respondió que fue en la medida de “dar todo mi tiempo a la campaña electoral”.

Del pedido de empleos para sus allegados retó al prefecto a que le presente uno solo y que lo único que ha hecho es dejar sus   carpetas para que se sometan a un proceso de méritos. También admitió que se posesionó en la Prefectura,  pero que fue porque “es una institución pública” en la que rigen ordenamientos jurídicos.

Por separado, Pérez y Méndez coincidieron en que   podrían volver a conversar. Ella pone como condición que los acuerdos sean  por Azuay y él espera un milagro de la Paccha Mama. (EL UNIVERSO)

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