Después del terremoto, en la mayoría de los cantones de Manabí quedaron edificios con daños de todo tipo, edificios en mal estado.
Edificios que no fueron demolidos y que ahora se han convertido en un problema para la seguridad pública.
Es necesario que los municipios, a través de los departamentos respectivos, realicen inspecciones para determinar las condiciones en las que se encuentran esos inmuebles, a fin de disponer la reparación o la demolición.
Y no son solamente propiedades de particulares; también hay bienes del Estado en esta situación.
Han pasado casi ocho años del terremoto que azotó con mayor fuerza a la provincia de Manabí y el problema se mantiene.
“Muchos edificios abandonados o con daños severos son un peligro para la seguridad de todos”.
Muchos de esos edificios se han convertido en vivienda de personas sin hogar y en refugio de delincuentes, pero también representan un problema para la seguridad de los ciudadanos por las condiciones en las que se hallan.
Así mismo, deben realizarse inspecciones a inmuebles vetustos y abandonados, cuyos propietarios también deben tomar decisiones sobre su mantenimiento o demolición.
Y entre estos, lamentablemente, se encuentran estructuras consideradas como patrimoniales a las que ni se preserva ni se derruye. Municipios deben evaluar edificios en mal estado.