Ecuador continúa enfrentando una crisis migratoria, con una pérdida proyectada de 31,000 personas en 2024, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Esta cifra refleja el saldo neto de personas que emigrarán frente a quienes ingresen al país, es parte de una tendencia negativa que se ha mantenido durante las últimas décadas, afectando la demografía y la economía.
Saldo de migración en Ecuador
El saldo migratorio negativo de Ecuador no es nuevo. Desde la crisis económica de la dolarización de finales de los años noventa, el país ha visto cómo miles de ecuatorianos han salido en busca de mejores oportunidades en el extranjero.
El peor año registrado fue el 2000, con -67,307 personas, una cifra dramática que reflejaba la magnitud del éxodo. Si bien en 2010 hubo una ligera recuperación con un saldo positivo de 14,100, el patrón general ha sido de más salidas que entradas.
En 2022, el saldo fue nuevamente alarmante con -63,899 personas.
Las proyecciones para 2024 sugieren que la situación, aunque no tan grave como en el pasado, sigue siendo crítica.
La pérdida de 31,000 personas proyectada para este año es un claro indicio de que Ecuador no ha logrado revertir la tendencia de emigración, especialmente en un contexto global donde las oportunidades en países desarrollados siguen siendo más atractivas.
Tasa neta de migración en Ecuador
Además del saldo migratorio, la tasa neta de migración también proyecta una tendencia desfavorable para 2024.
Se espera que sea de -1,7 personas por cada 1,000 habitantes, lo que significa que la población seguirá reduciéndose debido a la emigración.
Esta tasa ha mostrado fluctuaciones a lo largo de las décadas. En 1990, Ecuador vivió su peor momento con una tasa de -5,4, reflejo de la crisis económica y la falta de oportunidades.
Aunque en 2010 la tasa fue positiva con +0,9, en 2022 volvió a descender a -3,0, y las proyecciones a corto plazo no muestran signos de recuperación.
Causas y consecuencias de la migración
La emigración ecuatoriana está impulsada principalmente por la falta de empleo, la inseguridad y la percepción de mejores condiciones de vida en el extranjero.
El impacto de esta fuga de talento y mano de obra joven es significativo. Sectores como la tecnología, la construcción y los servicios se ven afectados por la falta de profesionales, lo que, a su vez, limita el desarrollo económico del país.
Las proyecciones sugieren que la situación podría estabilizarse hacia 2050, con una tasa neta de migración cercana a -0,1.
Sin embargo, para que Ecuador cumpla esas expectativas dependerá de mejoras estructurales en la economía, la creación de empleo y políticas que incentiven a los ecuatorianos a quedarse en el país.
Mientras tanto, el éxodo de ecuatorianos continúa, afectando profundamente la estructura social y económica del país. Las políticas de retención de talento y de mejora en las condiciones internas serán cruciales para revertir esta tendencia en los próximos años.