Pocas veces una anfitriona estuvo tan bajo sospecha antes de comenzar un Mundial, pero esa es la realidad de una Rusia sumida en la oscuridad futbolística durante décadas y que afrontará el Mundial 2018 que organiza como un intento de atisbar un oasis.
Es una de las peores selecciones del ranking FIFA entre las que participan en el Mundial y fue cabeza de serie sólo por ser la anfitriona. El único organizador que quedó eliminado en la fase de grupos fue Sudáfrica en 2010, y lo hizo con gran dignidad.
La Sbornaya cayó en la fase de grupos del Mundial en sus últimas tres participaciones (1994, 2002 y 2014), otro dato que tampoco invita al optimismo. Porque es una realidad que Rusia tuvo una mejor generación que la actual en alguno de los Mundiales anteriormente citados. También se despidió en la ronda inicial de 1990, aunque entonces competía como la Unión Soviética.
Sin éxito pero con ideario
Preparando su Mundial, la federación rusa lo intentó con todo tipo de seleccionadores posibles. Entre 2006 y 2010 tuvo al holandés Guus Hiddink y le sucedió su compatriota Dick Advocaat durante dos años. En 2012, y durante tres años, llenó de millones la cartera del italiano Fabio Capello, de nuevo sin resultados. Leonid Slutski fue la vuelta a los entrenadores rusos y de nuevo un fracaso. Dimitió tras el desastre de la Eurocopa y el nuevo jefe es Stanislav Cherchesov.
“Hemos trabajado en nuestra mentalidad, nos hemos convertido en un equipo”, destacó Cherchesov en entrevista con dpa. “Hemos avanzado en un recambio generacional, pero sin realizar una revolución”.
Estas palabras ofrecen una buena muestra de lo que es su ideario: quiere un bloque unido, competitivo y bien preparado. No está su selección para exquisiteces, una Rusia que tiene como referentes al arquero Igor Akinfeev y a los atacantes Fiodor Smolov y Artem Dzyuba.
El grupo del Mundial es asequible y sólo Uruguay parece claramente superior a sus adversarios. Previsiblemente, Rusia se jugará la segunda posición ante Egipto, mientras a Arabia Saudí se le conceden pocas opciones. Una oportunidad de que Rusia recupere parte del orgullo futbolístico perdido.
La estrella
A sus 28 años, Fiodor Smolov es el recuerdo de lo que fue la vieja Rusia: un delantero frío que es capaz de lo mejor y lo peor. Actualmente juega en el Krasnodar y desarrolló toda su carrera profesional en su país salvo una efímera aventura, en 2010, en el Feyenoord holandés.
El seleccionador
“¿Presión? Eso es sólo un término médico”. Es la frase que mejor define la personalidad del seleccionador ruso. Stanislav Cherchesov, de 54 años, es conocido como “el Capello ruso” y ello explica perfectamente qué tipo de entrenador es: metódico, disciplinado y exigente.