El talento en las bandas y otras claves tácticas de Brasil en el Mundial 2018

A sólo un día para el pistoletazo de salida para el Mundial 2018, llega el turno para la selección que más autoridad ha demostrado hasta la fecha, Brasil. Después de recorrer el camino clasificatorio con una solvencia enorme, ha seguido en paso firme estos últimos amistosos. Y por si fuera poco, las primeras sensaciones de Neymar después de la lesión son inmejorables. Aún así, justo ahora es cuando llega el momento de la verdad. ¿Cómo es la Brasil de Neymar? Aquí mi visión en los que son los principales puntos tácticos que la definen:

Aquí no hay duda alguna. La estructura de la selección de Tite es el 4-3-3. Un sistema que no ha variado desde su llegada y que ha dado un rendimiento extraordinario a la canarinha. No es un 4-3-3 típico como lo entendemos en el contexto Barça por ejemplo, sino que tiene ciertos matices en busca de adecuarlo a los roles tan diferenciados de los jugadores. Más allá de estos toques particulares, que desgranamos a continuación, el dibujo táctico es innegociable.

Cualquier selección que quiera ser campeona del mundo debe tener dos cosas indispensables: una idea definida y calidad en sus jugadores. El Brasil de hoy tiene las dos cosas. Quizá es el más claro exponente de las 32 candidatas. Después de la peor derrota de su historia (Mundial de 2014), y dos fracasos en las Copas América, la canarinha se ha transformado de la mano de Tite. Desde su llegada en 2014, ni la idea de juego ni el sistema han variado un solo partido. Y eso que podrá parecer un hecho sin importancia, es vital. Brasil no es una selección ofensiva pero tampoco la podemos catalogar de defensiva.

El técnico ha manteniendo a los jugadores de talento arriba pero ha montado un medio del campo físico y con jugadores de su confianza. La introducción de Paulinho, Fernandinho o Renato Augusto en los interiores ha servido para asentar rápido el plan. Y la fórmula ha funcionado hasta la fecha. Un 4-3-3 que diferencia claramente al combinado en dos bloques. Brasil ha completado una fase clasificatoria brillante y no ha perdido desde Octubre del 2015 cuando lo hizo ante Chile.

Está diseñada para que el talento nazca en banda. Los jugadores con mayor creatividad se encuentran indiscutiblemente en los costados y, a partir de ahí, se encripta todo los demás. Así como España tiene el mayor talento conjunto en la globalidad su línea de medios, Brasil es, sin duda, la selección que tiene más calidad ofensiva concentrada en las dos zonas exteriores del campo. Los canales de conexión y de enorme calidad que representan las vías Neymar-Coutinho, Marcelo-Neymar, Gabriel Jesús-Coutinho o, hasta la posibilidad de juntar Coutinho-Neymar-Willian tienen un impacto futbolístico abrumador.

El funcionamiento ofensivo de la canarinha provoca la que el intercambio lateral-extremo fórmula se repita una y otra vez (ver imagen). Libertad total para unos laterales que, en ataque, tienen un vuelo ofensivo sin límite y un medio del campo que sostiene los espacios que se crean. De esta manera, es muy común ver al pivote (Casemiro o Fernandinho en su déficit) actuando como tercer central muy cerca de ellos y los interiores leyendo posicionalmente su situación antes de decidir si se suman al ataque.

Brasil cuenta con dos especialistas en inyectar cosas diferentes a los partidos. Son Willian y Douglas Costa. Cambian el ritmo y electrizan cualquier escenario. El estado de Willian es tan espléndido que ha puesto “en un problema” al seleccionador. En un equipo tipo donde las bandas ya parecían asignadas para Coutinho en derecha y Neymar en izquierda, el futbolista del Chelsea ha presentado candidatura con goles, asistencias y desborde. Sea como sea, tanto él como Douglas Costa son la medicina perfecta para posibles situaciones de dificultad. Una opción para refrescar manteniendo el nivel y un recurso súper potente para cambiar la dinámica de un hipotético partido atascado.

Hace muchos años que Brasil no tenía el resguardo central de la selección tan bien cubierto. Empezando en la portería, donde Alisson y Ederson tienen un grandísimo nivel. Ambos desbordan sobriedad, seguridad y son rapidísimos bajo palos. Alisson es superior a Ederson en la reacción rápida aunque, el del City, se maneja mejor en la continuidad. El de la Roma será el titular. Por delante, Thiago Silva, Miranda y Casemiro forman un triángulo altamente rocoso y fiable. Únicamente 11 goles recibidos en los 18 partidos de la fase de clasificación lo certifican. Es realmente complicado marcar un gol al equipo de Tite, hay que estar muy fino en ataque para conseguirlo.

Otro de los puntos fuertes de Brasil son las apariciones desde atrás una vez consigue centrar el juego en campo contrario. La fijación de Gabriel Jesús o Firmino en el centro combinado con la atracción de los rivales en los extremos, crean carriles interiores amplios que ajustar. Sobre todo el azulgrana Paulinho, que tiene en las apariciones potentes desde atrás su mejor característica.

En una selección muy asentada en cuanto a funciones, la baja de Dani Alves es un condicionante que el combinado tendrá que afrontar. Es el único contratiempo que Tite deberá gestionar en un esquema y una alineación que parecía ya cantada. Su apuesta por Danilo está funcionando bien de momento pero suplir a un jugador de las beneficios futbolísticos y la mentalidad competitiva como Dani Alves en un gran torneo es muy difícil.

La gran incógnita para la canarinha será el estado de forma de su estrella después de la lesión en el quinto metatarso derecho. Ha llevado la recuperación a consciencia y su tono en los amistosos está siendo sencillamente espectacular. Aún así, los que hemos sido futbolistas sabemos que hay un tramo de bajón justo al poco tiempo de una reactividad después de cualquier lesión. Es tan bueno y tan determinante, que la canarinha le precisa en su punto óptimo. Neymar es un valor casi seguro pero veremos si el extraordinario tono apreciado en esta vuelta ala competición le acompaña todo el Mundial. Factor absolutamente clave para que Brasil pueda alcanzar el ansiado trono.