Informe revelará silencio de gobiernos en muertes de periodistas de El Comercio

Luego de seis meses de investigaciones de un equipo de periodistas de distintas nacionalidades, se divulgará hoy un informe periodístico titulado ‘Frontera cautiva: tras los rastros de los periodistas ejecutados’, en el que se destacan los principales hallazgos del asesinato del equipo periodístico de diario El Comercio a manos del Frente Oliver Sinisterra, una narcodisidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, en Mataje, Esmeraldas, en abril pasado.

Revala “detalles que los Gobiernos de Ecuador y Colombia sabían y decidieron no divulgar”. Además, que el régimen local preparó un operativo para rescatarlos, que hubo ‘constantes’ conversaciones con la disidencia y que al menos un video no se habría hecho público.

En el informe se abordará la situación de “miedo y silencio” que había en Mataje. En ese relato se contarán cómo fueron los últimos pasos del equipo asesinado.

Investigación da luces sobre asesinato de periodistas de El Comercio

El 28 de marzo de 2018, en la Base Naval de San Lorenzo, en Esmeraldas, un helicóptero esperaba la llegada de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, quienes habían sido secuestrados por el Frente Oliver Sinisterra, una narcodisidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), liderado por Walther Arizala Vernaza, alias Guacho, mientras hacían coberturas periodísticas en el área fronteriza, por la existencia de hechos violentos en contra de la Policía Nacional.

Ese día se había armado un operativo de rescate. Pero esa noche, los miembros del equipo periodístico del diario quiteño El Comercio no volvieron al seno de sus familias.

Luego de seis meses de investigaciones de un equipo de 20 periodistas de distintas nacionalidades, se divulgará hoy un informe periodístico titulado ‘Frontera cautiva: tras los rastros de los periodistas ejecutados’, en varios medios de comunicación social, en los que se destacan dos principales hallazgos: que el 28 de marzo (dos días después del secuestro) estaba listo un operativo de rescate, y que el Gobierno ecuatoriano mantenía “contacto constante” con el frente armado.

En una breve presentación se relata que un fiscal esperaba a los secuestrados en la Base Naval de San Lorenzo para acompañarlos en helicóptero hasta el aeropuerto de Esmeraldas.

El exministro del Interior César Navas –ya fuera del cargo– había confirmado a esta alianza periodística que se había “preparado un avión para trasladarlos a Quito”. La Secretaría de Comunicación alistaba una rueda de prensa, pero tras cinco horas de espera, los periodistas nunca llegaron.

Se revela un mensaje de texto de las Fuerzas Armadas ecuatorianas en el que se dice que “los tres periodistas retenidos por irregulares (…) estarían siendo liberados a 1K de Mataje y llevados a RTNIM y de ahí Y Mataje-San Lorenzo para disposición final. Mantén linea tengo mi gente adentro QAP 7/3”.

El segundo hallazgo es que el Gobierno ecuatoriano y la banda de Guacho mantenían una “comunicación constante”. “Durante la larga negociación (…) hubo mensajes cruzados y múltiples amenazas vía WhatsApp. Las autoridades de Ecuador recibieron imágenes de los periodistas cautivos, encadenados, y por lo menos un video sigue sin hacerse público”, reseña la investigación.

El 13 de abril de 2018, el presidente Lenín Moreno confirmó que los tres hombres habían sido asesinados a manos de esta organización narcodelictiva. Según el informe, recibieron “17 tiros”. Sus cuerpos se encontraron el 21 de junio en la selva colombiana, y volvieron al Ecuador para ser sepultados.

Los periodistas de distintas nacionalidades recorrieron Mataje y San Lorenzo para conocer las circunstancias que rodearon este suceso, acompañados por soldados de las Fuerzas Armadas.

En su trabajo, retratan a Mataje y sus alrededores “sitiados por el miedo y bajo una férrea ley del silencio”.

“Mataje parecía un pueblo fantasma: nadie pasaba por allí. Aunque el calor asfixiaba, las puertas y las ventanas de las casas permanecían cerradas. Los periodistas recorrieron el lugar con el resguardo de una caravana militar y 20 soldados”.

En este tránsito periodístico descubrieron que el reportero Javier Ortega “tenía conocimiento de un canal de comunicación entre la Policía de Ecuador y la disidencia”, y que fue “información que nunca pudo publicar”.

La búsqueda de respuestas a este secuestro y asesinato que marcó al país es parte de un proyecto impulsado por organizaciones no gubernamentales periodísticas como Forbidden Stories, Periodistas Sin Cadenas, Fundación para la Libertad de Prensa, Verdad Abierta, La Liga contra el Silencio, Fundamedios y la Organización para el Crimen y la Corrupción, con sus siglas en inglés, OCCRP. (El Universo)

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