Un complejo natural de cuatro cascadas en Napo que alberga cerca de 1 100 especies de mariposas es uno de los tesoros escondidos de la comunidad de Cando, en la parroquia Talag, ubicada al suroeste de la ciudad de Tena.
Este destino que se encuentra a 19 km de la capital napense, por la vía Tano – Tálag, fue adquirido por Euclides Aldás hace 19 años, con fines de conservación de la vegetación y fauna que habita en la montaña primaria. “La decisión de dejar de talar el bosque facilitó a la reproducción de coloridas variedades de lepidópteros, debido a la cantidad de plantas que surten su alimento y que se desarrollan aquí”, admite.
Este lugar se encuentra en plena zona de amortiguamiento del Parque Nacional Llanganates, sobre una altitud de 618 msnm. Allí se han desarrollado plantas florales como las supirrosas, verbenas y zaragozas, junto a plantas exóticas de la Amazonía como la ayaguasca, mariapanga, ortiga, morete, caucho, entre otras.
Pimpilala en kichwa significa lugar de mariposas. Entre los lepidópteros más llamativos que habitan en este sector está la Morpho, por su color azul eléctrico. Su nombre inspiró a que la primera cascada de este complejo -de 10 metros de altura- lleve su nombre.
Especies coloridas como la Callicore, Diaethria sp, Eunica sophonisba agele, entre otras, le acompañarán mientras realiza un circuito de 4,5 km de caminata para recorrer todas las caídas de agua.
A 70 metros de distancia de la cascada Morpho se encuentra la cascada Pimpilala -de 30 metros de altura-. Es el lugar preferido por los visitantes para documentar con una ‘selfie’ su visita a la Amazonía.
Para arribar a las cataratas restantes se necesitará de la ayuda de un guía. A la cascada Arco Iris se llega escalando en rapel una pendiente de piedra de 30 metros. La cascada que cierra el circuito turístico es Cara del Inca -de 20 metros de altura-. Fue bautizada así por la forma que adquirió la piedra con el paso del río.
“Este lugar recibe la visita constante de grupos de biólogos. Queremos contabilizar las orquídeas de esta zona, porque estoy seguro que es un número muy importante por las condiciones climáticas y la fauna que existe en este sector”, añade Aldás.
Conservar el bosque primario permitió, además, que la fauna del lugar se multiplique. Allí se han registrado guantas, cuchuchos, armadillos, sajinos, guatusas, osos hormigueros, entre los mamíferos; mientras que en aves se ha documentado a carpinteros, trogón coliblanco, vencejo, pava de monte, quetzal, tangara paraíso, entre otras especies.
Pimpilala cuenta con cabañas de madera para alojarse. Su costo por noche es de USD 10 por persona. Los platos típicos se ofertan a un costo de USD 5 y los desayunos en USD 3. Como servicio adicional, sus huéspedes pueden acceder a un dique artificial formado con las aguas del río Pimpilala, para refrescarse.
Los chamanes de la zona recomiendan un baño en sus cristalinas aguas para purificar las energías. La temperatura promedio en este destino es de 18°C. La capacidad máxima de hospedaje del lodge es de 25 personas. Los recursos económicos que le ha aportado el lodge serán destinados a la implementación de un mariposario, que, según Aldás, se construirá durante este año.
Antes de iniciar la caminata, debe cambiar el calzado por botas de caucho, llevar hidratación, gorra, usar impermeable o ropa de material sintético que se seque rápidamente.
Siempre debe ir acompañado de un guía, ya que en la zona existen peligros como, por ejemplo, la serpiente pitalala, que suele esconderse entre las ramas de los árboles. (El Comercio)