La Habana se va a convertir en una gran galería de arte durante un mes con el estreno de su XIII Bienal a partir del viernes, un acontecimiento en el que participarán más de 800 artistas, informaron sus organizadores.
La cita incluirá obras individuales o muestras colectivas que ocuparán museos, galerías o espacios al aire libre como «Detrás del Muro», un proyecto de más de un kilómetro de la avenida costanera de El Malecón, en el cual participan 67 artistas, dijo su director, Juan Delgado.
Promovida, organizada y financiada por el Ministerio de Cultura de Cuba y sus instituciones, la bienal «se levanta con muchas manos», dijo en conferencia de presa Margarita González, su curadora principal, en referencia al apoyo recibido de varias embajadas extranjeras en Cuba, como las de Francia y España.
Bajo el lema «la construcción de lo posible», la muestra se extenderá en esta edición a las provincias occidentales de Pinar Río y Matanzas, a la central de Cienfuegos y a la oriental de Camagüey con proyectos propios, pero todos bajo la esencia de dialogar con las temáticas de la emigración, los desplazamientos humanos, la ecología y las relaciones humanas.
Según González, la bienal tiene un «carácter incluyente y participativo», pues se trata de artistas invitados de todas las generaciones y manifestaciones, que incluyen cubanos emigrados como María Magdalena Campos o Enrique Martínez Zelaya, quien regresa a su país por primera vez después de muchos años de ausencia.
Nueve Premios Nacionales de Artes Plásticas estarán entre los más de 500 artistas cubanos presentes, en un país de 11 millones de habitantes donde coexisten más de 12.000 artistas plásticos, según los organizadores.
Esta XIII edición llega tras una fuerte polémica en el sector artístico cubano por la entrada en vigor del decreto 349, una ley que obliga a los artistas a profesionalizarse y vincularse con las instituciones del Ministerio de Cultura.
Concebido para «proteger la cultura» y sancionar el lenguaje sexista y vulgar, el decreto condena el «intrusismo profesional», en un país de muchos artistas de academia, pero también muchos amateurs.
«Esas invitaciones no tienen nada que ver con ninguna postura política de algún artista», dijo Domínguez y añadió que se hacen por la calidad de su obra y su vinculación con la temática del evento. (El Universo)