El visado exigido por Ecuador ha generado que venezolanos que no pudieron entrar legalmente al país usen pasos fronterizos nuevos y peligrosos.
Carlos Holmes Trujillo, canciller de Colombia, advirtió horas antes de que rija el Decreto 826 que la medida podía llevar a los extranjeros a recurrir a vías ilegales y que aquello los pondrá en riesgo. Para el funcionario, la medida migratoria ecuatoriana es restrictiva.
Las autoridades colombianas sostienen que las acciones adoptadas por Ecuador no frenarán el éxodo venezolano, sino que incrementarán los cruces ilegales, la inseguridad, la delincuencia y la trata de personas.
Un equipo periodístico de diario El Universo siguió el paso de 26 migrantes que no contaban con la visa y que decidieron ir a pie desde Ipiales hasta una población rural carchense. El periplo se extendió por más de seis horas, realizando un peregrinaje por rutas desconocidas.
Arriesgando sus vidas y con la ilusión de cumplir el sueño de llegar a Perú, Chile, Argentina, los migrantes optaron por salir de Colombia a través de trochas, peñascos y ríos.
La impaciencia, desesperación y la falta de recursos los forzó a que tomaran esa decisión. Luis M., de 28 años, de Táchira, dijo que no cuentan con dinero para regularizarse y tras no haber logrado pasar la frontera en el tiempo estipulado decidieron continuar por atajos.
Unos dijeron que se arriesgaban a pasar para reencontrarse con sus familiares que viven en otros países y que decidieron salir por la grave crisis que afronta Venezuela.
En más de una ocasión los migrantes escaparon de desplomarse cuando gateaban por inclinados riscos que delimitan con correntosos ríos.
Sin guías ni caminos y quizás a ciegas, cruzaron propiedades, donde los dueños acongojados fueron testigos del drama que viven estos extranjeros. Entre los migrantes había familias que iban con niños pequeños.
José P., oriundo de Anzoátegui, sacaba fuerzas para proseguir su ruta. “Nuestro objetivo es Lima, donde nos esperan”, dijo repetidas veces este hombre de tez cobriza, delgado y de estatura mediana.
Utilizando una brújula preguntaban a los campesinos que encontraban a su paso cómo llegar a Ecuador.
Colombianos y ecuatorianos radicados en zonas dispersas les convidaron agua de panela con pan y los orientaban.
Después de una larga caminata divisaron un poblado ecuatoriano. Estaban entusiasmados de cruzar, pero conscientes de que aún faltaban muchos kilómetros y dificultades por sortear.
José, uno de los migrantes, señaló que recién cuando lleguen a Lima y pueda abrazar a sus padres podrá cantar victoria. Allá busca iniciar una mejor vida que Venezuela le ha negado.
Controles
Militares de Ecuador recorren la línea de frontera para evitar la presencia de extranjeros indocumentados. Franklin Pico, comandante de la Brigada 31 Andes, dijo que cuando se identifica a un indocumentado efectúan la verificación para retirar armas o municiones y entregarlo a la Policía Nacional, enmarcados en el respeto a los derechos humanos. (El Universo)