Gobierno plantea denunciar a Jaime Vargas por querer crear su propio ejército

El Gobierno de Lenín Moreno prevé plantear una denuncia en la Fiscalía General en contra del presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígena del Ecuador (Conaie), Jaime Vargas, por una declaración en la que habló de crear un «ejército propio».

En redes sociales se divulgó un breve extracto de unas declaraciones de Vargas durante una visita en Morona Santiago, el sábado pasado, cuando dijo: «vamos a organizar con nuestros excombatientes, con nuestra seguridad comunitaria, tenemos que hacer nuestro propio ejército, nuestro propio ejército».

Al respecto, el secretario particular del mandatario, Juan Sebastián Roldán, en una entrevista en un portal digital reprochó esta declaración y aseguró que denunciar este posible delito no complicará el diálogo que mantienen delegados gubernamentales con pares de las dirigencias indígenas de la Conaie, la Fenocin (Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras) y la Feine (Federación Ecuatoriana de Indígenas Evangélicos), para analizar la focalización de los subsidios, luego de que se derogó el Decreto Ejecutivo 883, que eliminaba el subsidio a los combustibles y que generó protestas a nivel nacional que duraron cerca de dos semanas.

«Ningún ecuatoriano puede crear ningún ejército, habrá que ver qué hace la Fiscalía al respecto. Nosotros como Estado tenemos que ir de la mano de las Fuerzas Armadas que son el Ejército del Estado, tenemos que ir a la Fiscalía y decirle que aquí hay alguien que quiere crear un ejército paralelo. Tenemos la obligación de hacerlo. Esto no complica el diálogo, es el posible cometimiento de un delito el que complica el diálogo», aseveró Roldán.

La Conaie durante el paro y en la marcha nacional que realizó el 9 de octubre hasta el Palacio de Gobierno, contó con una denominada guardia indígena, que impedía que entre las filas del movimiento, ingresen posibles infiltrados, o mestizos que no eran parte de las respectivas comunidades.

Protegían la marcha con largos palos que tenían incrustado un látigo de cuero para alejar a quienes no eran parte de su manifestación.

Esta guardia indígena estaba en los alrededores del Ágora de la Casa de la Cultura, durante el paro,  controlaba los accesos, y también la ubicación de periodistas. (EL UNIVERSO)

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