Arturito hace sus deberes en la calle mientras su mamá vende galletitas

La inocencia y alegría de Arturito (nombre protegido) iluminan la vereda de la calle Piedrahíta, entre Esmeraldas y Los Ríoscentro de Guayaquil. Ese espacio de cemento, adornado por un frondoso árbol, se transforma todas las tardes en el hogar de este niño de 7 años.

Mientras su madre camina de un lado hacia otro cuando el semáforo cambia a rojo para vender chabelitas (galletas de dulce), él se sienta en un pupitre para realizar sus tareas escolares, entre el bullicio de los vehículos y la agobiante humedad porteña.

El escritorio fue cedido por una maestra de una escuela cercana al ver que Arturito hacía los deberes sobre una hielera, que ahora pasó a ser utilizada como asiento del pequeño.

“Durante su estadía en la calle Arturito almuerza en la vereda, hace las tareas de la escuela, se entretiene jugando con una guitarra y me ve como trabajo. Hago todo esto porque no hay quién cuide al bebe y, además, lo tengo cerca”, contó la mamá del estudiante, quien prefiere mantener su identidad en el anonimato.

Ella es madre soltera y tiene 35 años. Comparte la vereda con sus padres, quienes también laboran como vendedores ambulantes. “Ellos llevan al pequeño a la escuela que está ubicada a pocos a metros del sitio donde trabajo”, contó.

Arturito y su familia residen en el cantón Durán. De lunes a viernes sus abuelitos lo llevan a la escuela. Su madre lo retira al mediodía y permanece con ella toda la tarde. En la noche emprenden el cansado viaje hacia su casa.

La mamá del menor se siente orgullosa del sacrificio que hace por darle a su pequeño lo que esté a su alcance con lo poco que gana, ya que también tiene que aportar en los gastos del hogar de sus padres. Dijo que a través del trabajo le enseña a ser responsable, para cuando sea adulto sepa cómo ganarse la vida.

Con la venta de los dulces suele ganar entre 20 y 25 dólares al día, “luego a eso tengo que sacar la inversión para comprar más galletas”, refirió.

Tiene contacto con el papá, pero…

Según la señora, el padre de Arturito los abandonó cuando ella estaba embarazada. “En la actualidad el bebe sí tiene contacto con el padre, pero el señor no nos ayuda para mucho, cuando se le pide algo para mi hijo dice no tener dinero”, comentó.

Pese a eso, Arturito no pierde su candidez y entre las tareas, algunas carencias y el oficio de su mamá, él se distrae con una guitarra de juguete en su improvisada casa al aire libre. (Extra)

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