La explotación de canteras cerca de cerros en el cantón Montecristi data de algunos años y si no todas, la mayoría tiene licencias ambientales.
Al propio ministro de Defensa, Fernando Donoso, le llamó la atención la presencia de una cantera a menos de dos kilómetros del sitio donde se ubicará el radar de control a actividades ilícitas en la zona costera de Ecuador.
Esa cantera se encuentra en el sitio El Chorrillo, y de acuerdo con el secretario de Estado tendría unas 70 hectáreas de labores, y señaló que ante eso no ha habido reclamos por parte de la comunidad.
Pero no es el único sitio donde las canteras carcomen las montañas montecristenses. Al noreste de Montecristi, en la zona de los cerros de Hojas y Jaboncillos (elevaciones ubicadas entre territorios de Montecristi, Portoviejo y Jaramijó), hay unas doce canteras que estarían poniendo en riesgo la historia de los aborígenes ecuatorianos, según explicó Juan Jijón, exdirector del centro de investigación Cerro de Hojas-Jaboncillo.
“Son más de doce canteras, están todas produciendo materia, rompiendo barrancos, y claro ahí está la arqueología, también fuera del polígono, ese fue el resultado de nuestra investigación. La mitad del sitio arqueológico, que tiene 7.000 hectáreas, no está protegida y eso se le mandó al Ministerio de Cultura y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, pero las instituciones son burocráticas y tecnocráticas y no entienden”, señaló Jijón.
El arqueólogo sostuvo que en la actualidad está en riesgo el sitio arqueológico más grande del país, que se ha mostrado que no hay recursos asignados, y cada día habría más tala de árboles y hasta quema de vegetación, y que se cuenta con escaso personal para el control.
De las 7.000 hectáreas que comprenden el sitio arqueológico de cerros de Hojas y Jaboncillo, la mitad abarca al polígono patrimonial delimitado con acuerdo ministerial. Gerardo Castro, actual director del centro arqueológico Cerros de Hojas-Jaboncillo, dijo que esta área supone una serie de responsabilidades y por ello en la actualidad desde el INPC se hace un control efectivo de esas 3.500 hectáreas.
Ese control implica desde estrategias de monitoreos hasta alianzas, la construcción de un modelo de gestión con la participación en un principio del municipio de Portoviejo, acción que también se espera replicar con los municipios de Montecristi y Jaramijó.
“Primero hay que proteger el contexto arqueológico, perderíamos un capital científico cultural, tenemos que investigar, la protección es fundamental y tienen que ir sumándose otros ámbitos”, declaró Castro.
En ese plan, Castro indicó que se está generando el expediente para una ampliación del polígono patrimonial, el que pasará de 3.500 hectáreas a unas 7.500 hectáreas, en una ampliación importante que le daría casi la mitad de la actual área de protección al cantón Montecristi.
Castro expresó que se espera tener listo el primer borrador de esta intención de ampliación del polígono patrimonial a fines de septiembre, el cual se pondrá en consideración de la ministra de Cultura, a través de la directora nacional del INPC, y además esto apunta a que en Manabí se cuente con el primer parque arqueológico.
“Dentro de una estrategia no solamente podemos establecer la protección, que es el paso fundamental, también se implementa una estrategia de investigación, de conocimiento, porque tenemos que conocerlo, entender cuáles son sus características y esa información ponerla al servicio tanto de la ciencia como de la educación, también de las visitas, y se consolide esta área como un punto de esparcimiento, de otro tipo de recreación de la ciudadanía de Manabí y de todo el Ecuador”, declaró Castro.
El pasado jueves, este Diario solicitó información vía correo electrónico al Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica sobre si están aplicando políticas de control y protección en la zona de influencia del área arqueológica de cerros de Hojas y Jaboncillo, pero hasta el cierre de esta nota no se obtuvo respuesta. (El Universo)