Fanny Ganchozo vive en la comunidad Agua Blanca de la parroquia San Plácido de Portoviejo. Desde hace cuatro años sobre su cuello aparecieron unos nódulos que le generaron preocupación.
Pese a ser afiliada al Seguro Campesino vivió una peregrinación en estos centros de salud para conseguir una cita con el endocrinólogo, por recomendación de los médicos del seguro rural que le dijeron que debía someterse a tratamiento por los tumores.
Si conseguía cita en estos cuatro años, el tratamiento no era continuo. Desde hace cuatro meses inició nuevamente su lucha para alcanzar una fecha pronta para la revisión con el endocrinólogo.
“Tuve que hacer ese reclamo, porque ya no puedo tragar ni dormir, me levanto cada media hora mientras duermo porque parece que me ahogo”, dijo entre sollozos Ganchozo.
Luego de tocar varias puertas, a la mujer al fin le notificaron que este 13 de septiembre tendría su cita con el endocrinólogo en el hospital del IESS de Portoviejo, pero el pasado miércoles, cinco días antes de su cita, la llamaron para indicarle que su reunión con el especialista se aplazaba para el 9 de noviembre.
Ante esto Ganchozo llamó a medios de comunicación a exponer su caso, y en medio de lágrimas exigía que le devolvieran la cita para este lunes 13, porque estimó que quizás para noviembre ya no esté con vida.
Luego que su reclamo se conociera, la tarde del mismo 8 de septiembre la volvieron a llamar del IESS para indicarle que le restituían su cita para este lunes 13 de septiembre.
La mujer tuvo suerte en la reprogramación de citas, algo que en otros casos no sucede. Rosa Sornoza dijo que lleva cinco años buscando una cita con el endocrinólogo, que hace unas semanas lo pudo lograr y la cita era para el 5 de septiembre, pero al igual que Ganchozo, le reprogramaron la cita con el especialista en el hospital del IESS de Portoviejo para octubre.
“Tengo que hacerme ver del cardiólogo porque la presión está jugando conmigo, pedí cita con el cardiólogo y me dejaron anotada, nada más. Tuve que tratarme con un podólogo de forma particular, los remedios están caros… creo que al presidente Guillermo Lasso lo están haciendo quedar mal, es como una mafia que está ahí en contra del presidente Lasso”, declaró Sornoza.
La usuaria Lily Sánchez, del cantón Manta, indicó vía telefónica a radio Farra de Portoviejo que ella tiene un problema de tiroides, que tiene seguro voluntario y que si bien obtuvo una cita, el médico que la atendió le indicó que debía hacerse los exámenes de forma particular, un análisis que le costó $ 35, al tiempo de que al solicitar medicamento continuo para el tratamiento de su dolencia el médico le respondió que “no hay medicinas”.
De esa falta de medicinas e insumos médicos para el tratamiento de un asegurado en el hospital del IESS de Portoviejo sabe bien Carlos Wellington, pues su abuela Mercedes Alarcón, de 83 años, afiliada al Seguro Social, fue internada entre el 1 y el 4 de este mes por problemas de retención de líquidos en las piernas.
Apenas llegó, Wellington tuvo en sus manos una receta en que le indicaban que debía comprar en farmacias particulares para el tratamiento de su abuela jeringuillas y sueros.
“Hay que inclusive ir a comprar las muestras (envases) de orina y heces, y cada usuario que llega a internarse de algún problema de salud debe comprar cinco jeringuillas. Me dijeron vaya cómprese cinco jeringuillas; por qué no hay, desconozco”, relató Wellington, quien cree que en los cuatro días que estuvo internada su abuela en el hospital del IESS de Portoviejo invirtió cerca de $ 150 en medicinas e insumos que dicha casa de salud no poseía.
También Wellington experimentó lo que es pedir con antelación una cita en el IESS y recibir una espera como respuesta. En el 2017 tuvo dolores cercanos a la altura de la ingle, los médicos le detectaron un tumor en esa zona de su cuerpo y que requería una operación urgente.
Como afiliado solicitó una cita al IESS en Portoviejo, pero en el 2017 le indicaron que debía esperar su turno. Ante ello y los dolores que lo aquejaban a este afiliado no le quedó otra solución que acceder a un crédito con un banco privado y poder pagar una operación en una clínica.
Después de dos años de solicitar esa cita para acceder a una operación, en febrero del 2019 lo llamaron para indicarle que ya había espacio para hacerle la evaluación para conocer si era operable su dolencia.
“Lo importante es que me operé a tiempo, y también ya pagué la deuda por el crédito de mi operación, porque depender del Seguro Social aquí es un problema”, lamentó el hombre.
El pasado miércoles 8 de septiembre, este Diario solicitó vía telefónica y a través de correo electrónico a la unidad de comunicación del IESS en Quito la autorización para dialogar con los representantes del Seguro en Manabí o a quien correspondiera en esa entidad, para conocer sobre los reclamos de los usuarios por el aplazamiento de las citas y, sobre todo, el por qué de la carencia de insumos médicos.
Ese mismo miércoles respondieron que gestionarán el pedido y que informarían al respecto, pero hasta la fecha no hubo respuesta alguna. (El Universo)