Dudas y temores en familiares de personas con vulnerabilidad sobre regreso a clases presenciales

Génesis Tenelema, de 18 años, quien está en tercero de bachillerato en una institución fiscal para personas con discapacidad intelectual terminó este viernes sus clases de educación física virtualmente.

Antes de la pandemia las actividades eran presenciales. El horario de clases actual es de 10:00 a 11:00. Antes era de 07:30 a 12:30.

A mediados de enero del 2022 y de manera progresiva volverían a las aulas, aunque se deberán hacer adaptaciones en el establecimiento como la colocación de señalética.

A María De Luna, quien forma parte de la Asociación de Pacientes Vulnerables del Ecuador y es madre de Génesis, si bien le preocupan los contagios porque su hija es una persona vulnerable, con discapacidad, cree conveniente un retorno físico a su ambiente, con sus compañeros, pero con los cuidados necesarios.

En el aula de su hija había once estudiantes y ella cree que deberían ser menos cuando retornen e hizo hincapié en que deberá haber la respectiva distancia entre alumnos.

“Yo sí quiero que ella vaya porque en la escuela aprende”, dijo.

Acerca de cómo se desarrollan las clases vía online, la madre de familia comenta que son complicadas debido a que ella ha tenido que hacer a veces de profesora o la provisión de internet no siempre es la más adecuada.

La joven recibió las dos dosis contra el COVID-19.

Para volver a la presencialidad hubo una donación de 120 frascos de geles.

Patricia Lema es mamá de un niño de 9 años que tiene cáncer. Estudia en una escuela fiscal de la península de Santa Elena.

Tiene clases virtuales de lunes a viernes de 14:00 a 16:00. Resaltó la pedagogía que usan para impartir clases por vía internetAnteriormente eran de 13:00 a 17:30 cuando iba de forma física.

Ella no está de acuerdo con un regreso presencial, pero comentó que si no vuelve tendrá que buscar una unidad educativa a distancia, con lo que tampoco concuerda.

“Él tiene cáncer y no hay nadie que nos asegure que el niño no se va a contagiar. Los niños son niños; ellos obvio se van a sacar la mascarilla, van a compartir cosas. Solamente hay un docente para 30 o 32 niños, no los van a cuidar. Entonces es un riesgo (…) se va a poder contagiar y de COVID”, mencionó.

Aún no toma una decisión de mandarlo nuevamente a las aulas. El chico todavía no está vacunado contra el coronavirus dado que el oncólogo debe autorizarlo.

Cree que para implementar medidas de bioseguridad en la escuela, el dinero saldrá del bolsillo de los padres de familia.

La madre de Xavier, Shirley Ledesma, un niño de 9 años, prefiere que él siga virtualmente hasta que termine el año lectivo 2021-2022, debido a que falta poco tiempo y además hasta ver cómo va la situación de la pandemia en el país.

Espera vacunarlo pues actualmente no puede hacerlo porque el chico recibe quimioterapia. Estudia, de lunes a viernes, de 08:00 a 10:00; antes de la pandemia el horario de clases era de 07:00 a 12:00. La escuela es fiscomisional, en Guayaquil.

“El doctor me dice que tengo que cuidarlo mucho porque él no tiene anticuerpos”, contó.

Ella considera que hay falencias en la educación online, pero aseguró que no puede arriesgar la vida de su hijo.

Es partidaria de que haya la mitad de estudiantes porque las aulas no son muy grandes y como una forma de colaboración los padres de familia realizaron una minga en el establecimiento.

Antes de tomar una decisión, Ledesma va a consultar con el médico para ver qué recomendación le hace.

Según el Ministerio de Educación, habrá un protocolo para las familias que tengan a estudiantes con enfermedades catastróficas o agravantes. En instituciones educativas particulares y fiscomisionales en donde exista un estudiante que quiera regresar a la presencialidad, pero por recomendaciones médicas no puede hacerlo, podrá llegar a un acuerdo con la entidad educativa para que se mantenga a distancia. (I)

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