Abuelito fue asesinado por sicarios que luego regresaron para matar al hermano y su hijo

El 19 de abril, Lenin Intriago escuchó cinco disparos, vio a un hombre correr y luego encontró a su ñaño Wilson, de 74 años, ensangrentado en el suelo. Ese día lloró la muerte de su ser querido. Diecisiete días después, sicarios volvieron al mismo lugar, pero esta vez cobraron la vida del propio Lenin y su hijo Jorge Intriago.

La familia ha perdido a tres de sus integrantes a manos de ‘asesinos a sueldo’ en los últimos días. Todos los crímenes ocurrieron en el barrio El Progreso, de la parroquia Tonchigüe, cantón Atacames, de la provincia de Esmeraldas.

En el más reciente ataque perecieron padre e hijo: Lenin y Jorge, de 64 y 42 años respectivamente. Los verdugos aprovecharon que las víctimas atendían su carnicería para ‘balearlos’ a eso de las 11:40 del jueves 6 de mayo de 2021.

Vecinos del sector atestiguaron que se escucharon, al menos, diez detonaciones que fueron dirigidas al padre y su hijo.

Informes policiales revelaron que encontraron el cadáver de Jorge con impactos de bala en la cabeza y pecho, al interior del local, pues habría perecido al instante.

Mientras que a Lenin sus familiares lo subieron al balde de una camioneta con la intención de llevarlo a una casa de salud, ya que mantenía signos vitales, pese a los impactos de bala que recibió en el abdomen. Sin embargo, minutos después pereció en el vehículo.

En el lugar del doble crimen los deudos se abrazaron y entre lágrimas lamentaban la tragedia.

El día del asesinato de Wilson, Lenin dialogó con la prensa y reveló que antes del hecho, él habló con los asesinos. Supuestamente se le habrían acercado a preguntar dónde podían comprar pan y él los direccionó, pero notó que ellos no fueron a la panadería y eso llamó su atención.

Manifestó que le pareció sospechoso, pero como tenía que despostar unos cerdos ingresó a su carnicería y se olvidó de ellos. Luego los vio huir de la escena del crimen de su ñaño.

La policía investiga los hechos de sangre para identificar a los responsables y determinar la motivación. Las indagaciones también buscan esclarecer si las tres muertes tienen relación.

Darío Vera, dirigente de la localidad, manifestó que los disparos y el alboroto “se escucharon en todo el pueblo”. Agregó que sentía “dolor y consternación por lo que está pasando… son personas de nuestro pueblo, conocidos por todos. Un profundo rechazo a estos actos criminales en contra de nuestra gente, nuestro pueblo”, manifestó.

En lo que va del año, con corte al 2 de mayo, en Esmeraldas se han registrado 36 muertes violentas y aunque la mayoría (23 casos) corresponden a violencia criminal, han generado inquietud en sus habitantes. (Extra)

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