900 militares tienen sitiada la Penitenciaria del Litoral (Guayaquil), la cárcel más peligrosa del país, que fue construida hace 70 años. En ese reclusorio hay 6 050 presos. Es la prisión más poblada de Ecuador.
Medios de comunicación ingresaron este viernes 9 de febrero al pabellón 3, el de máxima seguridad. Ahí están recluidos 500 internos relacionados a la organización criminal -hoy considerada terrorista- Los Choneros. Dos de ellos relataron que, antes de la intervención militar, eran extorsionados por mafias carcelarias.
«Pedían entre 20 y 100 dólares cada semana para poder comer o vivir tranquilo, sino te maltrataban», señaló uno de los reclusos.
Sin electricidad
Una de las novedades, tras la intervención de la fuerza pública, es que en las celdas de la Penitenciaría del Litoral no hay electricidad.
Por otra parte, los uniformados siguen hallando artículos prohibidos. Esta semana encontraron cinco caletas en el piso y paredes donde había armas, drogas, celulares, municiones y explosivos.
Desde la militarización de esta cárcel, el pasado 10 de enero, los uniformados han encontrado 83 armas de fuego, 33 000 municiones, 300 explosivos, 750 celulares, entre otros artículos prohibidos
Otro aspecto que llama la atención son las paredes de todo el reclusorio. Hay miles de orificios de bala en ellas.
Alrededor de las instalaciones hay seis tanquetas y un campamento militar permanente instalado en una hectárea y media.
De su lado, el Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de Libertad (SNAI) continúa con el censo de los presos, quienes han sido reubicados en los 10 pabellones habilitados. Además, hay dos secciones que están deshabilitadas.
Con respecto a las cámaras alrededor del complejo penitenciario, la Empresa Pública Municipal Segura instaló un sistema de videovigilancia que incluye a la cárcel La Roca, donde desde la semana pasada habitan 31 cabecillas terroristas del país. En contraparte, los escáneres no sirven.