El fuerte sol y la inclemente humedad no frenan el espíritu de Martha Robles. Esta abuela de 62 años busca en los pasillos de la Bahía la camiseta de Lionel Messi, pedido de sus tres nietos.
Dice que es una tarea imposible el pensar comprarla en un local donde venden la original. “Cada una supera los USD 60 y yo tengo un poquito menos para las tres”, dice Martha.
Esta compradora desconoce que la marca Adidas, que confecciona los uniformes de la selección Argentina, comunicó días antes de la final que se agotó la camiseta del equipo campeón del mundo con el 10 y el nombre Messi en la espalda.
Tampoco sabe que el fabricante alemán de ropa deportiva anunció que recién el lunes 26 de diciembre saldrá a la venta la camiseta con tres estrellas doradas en el pecho, que representan las tres copas mundiales que han levantado los argentinos.
Copias triple A
Segundo es vendedor de la Bahía, no quiere decir su apellido ni fotos. Él vende ropa deportiva de todos los equipos y las selecciones.
“Son copias triple A”, asegura. No dice su procedencia, pero datos de las autoridades señalan que estas mercaderías ingresan básicamente del Perú y también de Colombia.
Como buen vendedor, Segundo destaca las costuras, terminaciones y el sello de Argentina con las tres estrellas doradas. Pide desde USD 15 “por la calidad”, pero deja espacio abierto para negociar.
Martha, como buena compradora, muestra dudas y asegura que es muy caro. Amaga con irse. Frena en seco cuando Segundo le dice que le ofrezca, que le hace precio por las tres.
Al final, Martha pagó USD 40 por las camisetas para sus nietos de 6, 8 y 9 años. Compradora y vendedor se agradecen y se desean feliz año.
Segundo cuenta que lo más pedido es la camiseta con el nombre y el número del pulga en la espalda. Se puede pedir un poco más si tiene bordada la tercera estrella.
“Se comenzó a vender mejor la camiseta Argentina cuando eliminaron a Ecuador”, aseguró. La venta se impulsó con el paso de la celeste y blanca a octavos, cuartos, semifinal y final.
Calzones, los rivales de Messi
Otro de los productos buscados por los clientes, especialmente las mujeres, son los calzones de color rojo o amarillo.
“Dicen que el amarillo es para la suerte, el rojo es para la pasión”, asegura Claudia Castro, vendedora de un almacén de ropa interior.
La creencia popular asegura que se debe pasar la última noche del año con esta ropa interior, para asegurarse un buen pasar en la suerte y en el amor.
“El rojo es el color de la pasión, del amor, del romance”, señala Castro. Dice que vienen muchas madres de familia y llevan rojo para ellas y amarillos para sus hijas mujeres.
“Amarillo, para que se vaya el covid-19, haya trabajo y seguridad”, dice Mariana, mujer de unos 45 años que compró tres interiores de ese color para llevarlos a su casa.
El precio va desde los USD 2 dependiendo de la calidad y el tamaño. También se ofrece el combo de tres prendas por USD 5.
“Uno no puede cambiar la suerte, pero puede dar una manito para que mejore”, señaló Mariana, antes de perderse por las calles de Guayaquil para esconderse del sol y volver en paz a su casa.