Ecuador se prepara para el Censo de Población y Vivienda 2020, a cargo del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), una actividad que se desarrolla cada 10 años en el país y cuya información se utiliza, entre otras cosas, para conocer cuántos habitantes somos, cuáles son nuestras necesidades y cómo estamos distribuidos.
Actualmente, INEC avanza con en el proceso de conteo rápido de viviendas y personas, denominado actualización cartográfica —recopilación de información en campo—, como labor preparatoria para el Censo VIII de Población y VII de Vivienda, que se realizará en noviembre del próximo año.
El nombre y número de identidad del representante del hogar, la cantidad de personas que habitan en este y una planilla de electricidad, con el fin de ubicar el CUEN (Código Único Eléctrico Nacional), son los datos solicitados durante la visita de los encuestadores —un total de 900— que registran la información mediante el uso de tabletas. Esta actividad registra un progreso del 44.4 % a escala nacional.
¿De qué se trata y cómo se desarrolla el censo?
Según el manual del INEC, es un conjunto de operaciones para recoger, recopilar, evaluar, analizar y publicar o divulgar datos demográficos, económicos y sociales relativos a todos los habitantes del país y a las viviendas que estos ocupan en un momento determinado.
¿Con qué objetivo se recaba la información?
Respecto al factor población, se busca determinar la magnitud, estructura, crecimiento y distribución de la misma y qué características económicas, sociales y demográficas posee. Sobre el tema vivienda, se busca establecer el volumen y características de las casas en las que habita la población, y los servicios básicos que disponen.
Durante la fase de empadronamiento, se recopilan las características de las personas y las viviendas que ocupan, mediante entrevista a los hogares, a través de un cuestionario. Cabe recordar que el equipo técnico que cumple el censo está debidamente identificado con chaleco azul y utiliza una credencial institucional.
En el procesamiento, la información registrada en los cuestionarios, pasa mediante herramientas informáticas; incluye la codificación, validación, imputación y generación de tabulados básicos.
Tras un análisis a profundidad de los resultados definitivos del censo, se realiza la difusión del trabajo en todas sus fases y una encuesta post censal que evalúa el grado de cobertura y errores del censo y su efecto en el uso de los datos.
¿Qué permite y quiénes utilizan los datos?
Una vez que la información es procesada y publicada, esta permitirá tomar decisiones a las autoridades gubernamentales; realizar investigaciones y proyecciones; y otras acciones detalladas a continuación:
1. Proporciona al Gobierno datos para adoptar decisiones de política pública.
2. Permite la demarcación de circunscripciones electorales y la distribución de los representantes en los órganos de Gobierno.
3. Entrega estadísticas detalladas para zonas pequeñas y grupos específicos de la población.
4. Los datos se convierten en referencia para la investigación y el análisis.
5. Las cifras se usan para la elaboración de proyecciones de población y en la construcción de marcos muestrales.
Todos estos datos, luego de ser publicados, pueden ser utilizados por ciudadanos; investigadores y estudiantes; empresarios; grupos de población; y organismos internacionales.
Lo que se viene
El próximo 24 de noviembre de 2019 tendrá lugar el censo experimental, que se realiza un año antes del principal. En esta etapa se aplicará un cuestionario que permitirá comprobar la planificación y organización del censo, pues abarca todas las actividades y procedimientos que se realizarán en este, a escala nacional.
El objetivo es hallar las deficiencias del cuestionario, la capacitación, entre otros aspectos que podrían afectar la calidad del dato recabado.
Cuatro cantones de las provincias de Pichincha, Chimborazo, Loja y Manabí, serán las localidades en las que se implementará este proceso; está previsto empadronar a más de 26 mil viviendas. (Extra.Ec)