Edición Infobae.- En los últimos cinco años, los homicidios intencionales en contra de adolescentes entre 15 y 19 años aumentaron en un 500% y evidencian una tendencia preocupante. La violencia criminal en Ecuador no para y demuestra el avance de los grupos delictivos que operan en el país. De acuerdo con el boletín semestral de homicidios, elaborado por el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado, los homicidios a este grupo etario pasaron de 41 en el primer semestre de 2019 a 246 en el mismo periodo del 2023.
Para el observatorio, el incremento de este crimen está relacionado con el reclutamiento de menores de edad por parte de las bandas criminales. En el 2023, los homicidios a este grupo poblacional incrementaron en un 79.56% en comparacio?n con el primer semestre de 2022. Durante este primer semestre del año, 9 de cada 10 homicidios a adolescentes entre 15 y 19 años se realizaron con armas de fuego.
Las provincias ma?s afectadas por este feno?meno son Guayas con 129 homicidios, Los Ri?os con 28, El Oro con 20, Esmeraldas con 19 y Manabi? con 17, de acuerdo con el reporte. Todas provincias del litoral ecuatoriano.
Entre enero y marzo de 2023, casi 500 niños y adolescentes han sido detenidos por la Policía en actos delictivos. En el 2021, la Policía detuvo a 1.975 infantes y adolescentes, pero en el 2022 fueron 2.129 los detenidos. Estos datos solo incluyen a niños desde los 12 hasta los 17 años. Aunque la mayoría de detenidos son varones desde los 15 años.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su informe Violencia, niñez y crimen organizado, explica que la presencia de grupos delincuenciales “en las zonas o comunidades más pobres y excluidas suponen un riesgo para los adolescentes de estas áreas”. Los criminales aprovechan la vulnerabilidad y escasez de los habitantes de estos lugares para reclutar a los niños y adolescentes que a veces ven a la vinculación con estas bandas “como una oportunidad para generar ingresos e incluso para obtener reconocimiento y respeto”.
Las bandas criminales reclutan a los niños y adolescentes “a través de engaños, amenazas, presiones y violencia”, según explica la CIDH. Además, cuando los grupos están vinculados al narcotráfico, “incitan también a los niños y adolescentes al consumo de drogas”.
Cuando los niños y adolescentes son reclutados se integran en unidades jerárquicamente estructuradas donde cumplen órdenes de sus superiores, empiezan siendo vigilantes, por ejemplo, y luego escalan en el tipo de delitos. Asimismo, si no obedecen se atienen a castigos severos. Una vez dentro, es casi imposible salir: “La deserción del grupo es vista usualmente como un grave incumplimiento de las reglas dado que pone en peligro a la organización y su funcionamiento, y por tanto puede llegar a acarrear consecuencias extremas como el asesinato al considerarlos traidores”, explica el informe de la CIDH.
Aunque los niños, niñas y adolescentes que provienen de sectores sociales tradicionalmente excluidos y pobres son más vulnerables ante las bandas, entre ellos, el grupo más afectado por la violencia son los adolescentes varones. La edad promedio a la que los niños son captados por grupos criminales son los 13 años, indica la CIDH.
Los adolescentes entre 15 y 19 años corresponden al sexto grupo etario más afectado por los homicidios. El primer grupo con más homicidios intencionales perpetrados en su contra son de personas entre los 25 y 29 an?os, con el 20% del total de homicidios en el primer semestre de 2023, seguida por las personas entre 20 y 25 an?os (17.84%), 30 y 34 an?os (17.09%), 35 y 39 an?os (11.23%) y 40 y 44 an?os (9.34%), de acuerdo con el reporte del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado.