Desde la Avenida Dos hasta la Cinco en el centro de Manta, la historia se cuenta a través de 33 inmuebles patrimoniales. Las casonas conservadas y restauradas en algunos casos han sido aprovechadas con fines productivos y culturales por sus propietarios. La mayoría de las edificaciones datan de 1900 en adelante.
En la Avenida Dos están las más distintivas. Entre ellas resalta la amplia edificación conocida como el Hotel Aragonés, donde en la actualidad funciona el museo Cancebí de propiedad del Municipio local. El inmueble fue restaurado y recuperó su esplendor tanto exterior como interior. “En esa arteria empezó la construcción de casas republicanas que son parte de nuestra historia.
Desde ese sector de la ciudad que mira hacia el mar se extiende Manta hacia los tres costados: norte, sur y este”, comenta José Elías Sánchez, investigador e historiador manabita.
El hotel, afirma Sánchez, fue el punto de encuentro de los comerciantes de tagua, café, sombreros de paja toquilla y cacao, que escribieron la historia del puerto manabita y la provincia, pues por Manta se enviaban esos productos hacia los mercados del mundo.
A partir de ese efecto comercial dinamizador Manta se empieza a convertir en la ciudad que acoge a migrantes de la provincia, el país y del extranjero, reseña el experto. Cada rubro de exportación motivó a que los compradores construyeran las nuevas casonas que fueron formando este sector con casas republicanas.
Por ejemplo en la Calle 3 y Avenida 8 se alzó la estructura de dos plantas, lo que se denominó Casa Tagua. La edificación sigue en pie y hoy es propiedad de una entidad pública. La joya de las propiedades republicanas de Manta es sin duda “Casa Rosada”. Después de 3 años de haber estado sometida a un proceso de restauración, este inmueble recuperó el esplendor que tuvo cuando fue inaugurada en 1918.
La empresaria mantense Lucía Fernández, propietaria de “Casa Rosada”, invirtió más de $ 3 millones en el proceso de recuperación del inmueble. Hoy “Casa Rosada” es un destino turístico donde se rememora la historia de Manta y Manabí.
Hay casas ubicadas en cinco calles hacia la parte alta de la ciudad. Sus propietarios se esmeran en medio de la crisis para mantenerlas en pie. Andrés Cañizares, docente de la facultad de arquitectura de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam), destaca que las casas republicanas guardan la memoria histórica de Manta.
Las edificaciones eran construidas con amplias cubiertas a cuatro aguas, lo que permitía en invierno recoger las aguas lluvias y acopiarlas en los aljibes (cisternas). Los patios centrales son grandes y se convierten en el elemento central de cada vivienda, que eran muy frescas debido a sus techos altos y las paredes que fueron recubiertas con enchincha (composición de estiércol de burro con paja).
Quienes tenían sus negocios en estas casonas fueron testigos diarios en 1916 de la llegada de los vagones de carga del ferrocarril. Recorrían desde el cantón Santa Ana (centro este), de Portoviejo, hacia Manta, transportando tagua, cacao, café y frutas.
Todos confluían hacia las casas republicanas. Las fachadas distintivas siguen relucientes, muestran los balcones falsos que a la vez se transforman en amplios ventanales. Estas casas hablan, pues el crujir de la madera se siente cuando se camina especialmente en las estancias de las segundas plantas.
Para Sánchez es vital lo que hacen los empresarios, que le apuestan a la recuperación y el mantenimiento de las edificaciones centenarias que siguen y seguirán siendo parte de la historia que se mantiene a través de estructuras donde la madera es el material protagonistas por esencia. (El Telégrafo)